Isabel Rodríguez Tejedo, Profesora del departamento de Economía, Universidad de Navarra
Más de lo mismo, pero menos de lo que hace falta
Parece que el Gobierno tendrá que legislar ante la falta de acuerdo entre sindicatos y empresarios. ¿Cree que Rajoy debería darles más tiempo para negociar o comparte la urgencia de la reforma laboral?
- Hasta ahora no parece que se haya avanzado de manera significativa y la espera para las reformas ha sido muy larga. Hace más de un año el FMI dedicaba más de un tercio del tiempo de su comentario divulgativo sobre las predicciones para nuestro país al tema laboral, y se señalaba que había que seguir adelante con ellas y aprovechar las oportunidades. Aunque definitivamente no estamos en la misma situación que entonces no parece que esperar ahora vaya a ayudarnos mucho.
Por lo que se conoce de las negociaciones, ¿quién cree que ha cedido más hasta ahora?
- Parece peligroso y casi irresponsable intentar repartir culpas y pérdidas. Además, enfocar la reforma laboral desde el eje patronal-sindicatos supone olvidar a los grandes sufridores de la situación actual, los parados, que no son adecuadamente representados por ninguna de las dos partes.
¿Coincide con los empresarios en que el despido en España es caro y perjudica el empleo?
- Aunque se pueda argumentar que los costes de despido son altos conviene recordar que la métrica no es única. Los empleados de mayor edad se encuentran entre los más protegidos de Europa, pero los jóvenes gozan en general de niveles de protección menores que nuestros vecinos. Sin embargo, hay que recordar que una parte importante del problema está en la falta de demanda de factor trabajo, que viene motivada por la situación global.
¿Hay que simplificar los tipos de contrato? ¿Son muy rígidos?
- Quizá antes de hablar de rigideces deberíamos hablar de dualidades. Algunos economistas de prestigio han propuesto la eliminación de la mayor parte de los contratos temporales y la implementación de un contrato (indefinido) único con indemnizaciones crecientes según la antigüedad. Esta propuesta, sin embargo, no parece gozar de aceptación entre ninguna de las partes.
Los sindicatos están dispuestos a moderar las subidas salariales, pero no a congelarlos y a que empresarios y trabajadores de cada empresa negocien sus propios convenios colectivos ajenos a la inflación. ¿Considera tan importante este aspecto?
- Ambas medidas van encaminadas a permitir una respuesta más flexible y acorde con la realidad que se viva en cada sector y empresa. Estas medidas pueden ser importantes para intentar que los precios de nuestros productos sean competitivos y evitar espirales inflacionistas que erosionen nuestra posición comparativa. Una mejor solución sería aumentar la productividad, pero quizá aquí aplique aquello de "a falta de pan habrá que conformarse con tortas".
¿Cuáles son las medidas imprescindibles que, en su opinión, debe adoptar el Gobierno ya?
- Como decíamos antes, valorar la reducción de la temporalidad. Las medidas que se mencionaron recientemente (la bonificación de las cotizaciones para la contratación indefinida) no tuvieron demasiado éxito en el pasado, y es poco probable que lo tengan ahora.