Fernando Pérez de Gracia , Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Navarra
Hacia un nuevo mapa productivo
La estructura productiva de las regiones españolas está cambiando muy lentamente en estos primeros años del siglo XXI. Además, la actual crisis económica está incidiendo de una forma especialmente más virulenta sobre las regiones más desfavorecidas y, por tanto, sobre su estructura productiva. Los últimos datos disponibles en la contabilidad regional de España (Instituto Nacional de Estadística), referidos al periodo2000-2009 (primera estimación), nos confirman los siguientes hechos.
El comportamiento de las tasas de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para las distintas ramas productivas ha presentado una evolución diferencial a nivel regional durante el periodo comprendido entre los años 2000 y 2008. Las mayores tasas de crecimiento en la rama de la agricultura han estado lideradas por Castilla y León, Valencia y Navarra. De otro lado, Canarias, Madrid y La Rioja encabezan el listado de regiones con mayores tasas de crecimiento del sector de la energía.
Las mayores tasas de crecimiento en el sector industrial se corresponden con Navarra, seguida del País Vasco. Las regiones con un mejor comportamiento en el sector de la construcción han sido La Rioja, Andalucía y Aragón. Finalmente, el sector servicios antes de la crisis se encontraba liderado por Castilla-La Mancha, Murcia y Extremadura.
Impacto de la crisis
La crisis financiera, inicialmente, y la crisis económica, posteriormente, no han afectado de la misma forma a la estructura productiva de las regiones españolas. A continuación, presentamos los sectores productivos que más han crecido durante el periodo2000-2009 a nivel regional.
Tras la crisis detectamos los excelentes resultados del sector agrícola en Navarra, Extremadura y Valencia. En cambio, si nos centramos en el sector de la energía, las tres regiones con un mejor comportamiento han sido Canarias, Madrid y La Rioja. El mapa del sector industrial sitúa a la Comunidad Foral de Navarra, seguida del País Vasco, a la cabeza de las regiones españolas. El sector de la construcción se encuentra liderado por La Rioja, Aragón y Extremadura.
Finalmente, las tasas de crecimiento del valor añadido bruto del sector servicios están encabezadas por las regiones de Castilla-La Mancha, La Rioja y Murcia.
A modo de resumen, los anteriores resultados sobre las tasas de crecimiento del PIB nos muestran cómo los ajustes más fuertes a nivel regional se han dado en los sectores de la construcción e industrial, seguidos muy de cerca por el sector de la energía. Al margen, se encuentran los sectores servicios y agricultura, que presentan unos procesos de ajuste algo menos cíclicos. A nivel nacional, los resultados son algo similares. La primera gran crisis económica del siglo XXI ha adelgazado significativamente el peso de los sectores de la construcción e industria, sin olvidar el sector de la energía.
El actual mapa productivo de las regiones españolas tiene un menor peso industrial y del sector de la construcción. ¿Y qué podemos decir del sector de la energía? ¿Será un sector ‘locomotora' de la estructura productiva? ¿Podrá generar empleo suficiente para compensar la destrucción de otros sectores? Aquí, los datos son muy claros y no dejan margen para la duda: el sector de la energía representó sólo un 2,3% del PIB en el año 2009, exactamente el mismo peso que el sector agrícola, frente al 11,7% del sector industrial, el 10% del sector de la construcción, o el 66,6% del sector servicios.
En términos de empleo, el sector de la energía sólo genera 143.000 puestos de trabajo a nivel nacional, frente a los 15 millones del sector servicios, o los 3 millones del sector industrial. En definitiva, el sector de la energía y, concretamente, el subsector de las energías renovables, tiene unas excelentes perspectivas de futuro para muchas regiones españolas, pero no podemos confiar demasiado en un sector que representa un 2% del PIB como sector generador de empleo.