Alberto Fernández Terricabras , Profesor del IESE, Universidad de Navarra
Impulsando el emprendimiento social
Hace unos meses y en colaboración con la Fundación «la Caixa» el IESE colabora en un programa de emprendimiento social en que se está ayudando, entre otras cosas con formación en gestión y acompañamiento, a emprendedores de veinte proyectos sociales. Si ya es refrescante trabajar con emprendedores que con nuevas ideas quieren crear empresas que generen valor para la sociedad, empleos y riqueza, más lo es, si cabe, trabajar con emprendedores sociales que, además, buscan ayudar a personas discapacitadas o en riesgo de exclusión social, mejorar la salud y el bienestar de las personas, favorecer el desarrollo rural, potenciar energías sostenibles o el reciclaje de productos, etc.
Estos emprendedores tienen claro que sus proyectos, aún siendo sociales, tienen que ser gestionados con las mismas reglas que cualquier empresa, asegurando una financiación adecuada y generando recursos, dotándose una organización adecuada y de un buen equipo humano, analizando bien el mercado, los clientes y los competidores, etc. Por mucho que se diga, lo social por si solo no vende.
Es triste ver como, en un momento en que estos proyectos se hacen más necesarios, las ayudas a empresas sociales están en peligro, sin tener en cuenta el triple balance, es decir, no solo los resultados económicos sino los sociales y medioambientales que aportan. ¿Qué valor tiene el hecho de dar trabajo a un discapacitado psíquico o a una persona con riesgo de exclusión social? ¿Cuánto cuesta al Estado que esa persona no trabaje? Animo a las empresas sociales a hacer visibles esos cálculos para hacer visible el valor que aportan a la sociedad.
Y ánimo a todos quienes tengan en mente empezar o unirse a proyectos sociales a hacerlo. La mayoría de emprendedores dicen que si llegan a saber al inicio lo que les costaría, no lo hubiesen intentado; pero nadie se arrepiente, nadie ceja en su empeño. ¿Por qué será?