El 4 de septiembre falleció en Pamplona, el catedrático José Luis Fernández Rodríguez.

Nació en Muiños (Orense) en 1935. Cursó sus estudios universitarios en la Universidad Complutense de Madrid, que terminó en 1960. Se trasladó a Pamplona donde se doctoró por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra en 1970 con una tesis sobre Francisco de Araujo (Premio Extraordinario), bajo la dirección del profesor Jesús García López. Se trataba de una investigación original que venía a sacar del olvido la riqueza especulativa de la escolástica española del siglo XVI y XVII, y que le sirvió de base para toda su investigación posterior. Realizó estancias de investigación en la Universidad de Louvain (curso de 1969-1970) con el profesor A. Dondyene; en la Universidad de Köln en 1979 con el profesor A. Zimmermann; y en Oxford en 1990 con el profesor Mc Cracken.

Se incorporó al claustro de profesores de la Sección de Filosofía de la Universidad de Navarra a principios de los años 70, cuando se estaban dando los primeros pasos de este centro académico, con profesores como Leonardo Polo, Patricio Peñalver, o el ya citado García López. Con el paso del tiempo se fueron incorporando otros profesores que llegarían a componer un claustro de gran altura académica: Juan José Rodríguez Rosado, Rafael Alvira, Alejandro Llano, Ángel Luis González, Jacinto Choza, Modesto Santos, Juan Cruz, etc. Cada uno de ellos se especializó en diversas áreas manteniendo su particular sensibilidad filosófica, dando vida a animadas discusiones en inolvidables seminarios de profesores. Contrajo matrimonio con la farmacéutica navarra Pilar Ygartua, que impartió clases en la Facultad de Farmacia.

Posteriormente, el profesor Fernández obtuvo por oposición la cátedra de Metafísica de la Universidad de Murcia y se reincorporó a la Universidad de Navarra como profesor Ordinario. De 1991 a 1996 fue director del departamento de Historia de la Filosofía. También impartía clases de Historia de la Filosofía moderna en la Facultad Eclesiástica De Filosofía. Fruto de esas lecciones es su manual sobre esta disciplina (redactado conjuntamente con la profesora María Jesús Soto) que ha conocido diversas ediciones. De 1998 a 2004, fue decano de dicha Facultad, en sustitución del primer decano, el sacerdote Mariano Artigas. Su dedicación a los alumnos y su afabilidad le granjeó rápidamente el afecto de todos. Era muy respetado y querido por los estudiantes que veían en él a un verdadero maestro de filosofía y de vida. Sus colegas de claustro lo recuerdan por su carácter afable, sabiendo mantener siempre una amistad noble; y una gran honradez y humildad intelectuales.

Desde el punto de vista académico, fue conocido sobre todo por sus escritos sobre el racionalismo francés, en particular sobre Descartes y Malebranche, además de sus estudios de Dios en los filósofos modernos como El Dios de Descartes, El Dios de Malebranche, El Dios de Hume y El Dios de Berkeley. Sobre ellos impartió como Profesor Visitante cursos en diversas Universidades de Chile (Universidad Católica de Chile y Universidad de Valparaíso) y México (Universidad Panamericana).

En los últimos años no gozaba de buena salud, pero supo mantener la alegre serenidad de siempre, con sencillez y dedicación a su mujer (fallecida hace pocos meses) y a su familia. Fue un hombre discreto que huía del espectáculo, pero que dejó una huella profunda en los que tuvieron la fortuna de conocerle y tratarle.