Anna Dulska, Doctora en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra e investigadora del Instituto Cultura y Sociedad (ICS)
Imaginación que vale un Nobel
La Academia Sueca ha decidido otorgar el Premio Nobel de Literatura correspondiente al año 2018 a la polaca Olga Tokarczuk, una de las autoras contemporáneas más reconocidas de Polonia.
Nacida en 1962 y psicóloga de formación, Tokarczuk construye sus obras en torno a su fascinación por lo misterioso, oculto y espiritual. Con gran habilidad, entreteje los hilos de la cultura, las mitologías y la historia con ficción. Sus novelas y ensayos son multidimensionales, densos y complejos, pero permiten al mismo tiempo una agradable lectura; a veces superficial y, otras muchas otras, más profundas en lo intelectual, en búsqueda de sentidos, mensajes y reflexiones existenciales, invisibles a simple vista.
Desde los inicios de su carrera literaria, emprendida en los años noventa, cuando debutó en 1993 con la novela El viaje de la gente del Libro, se alejó de la corriente principal de la literatura polaca de aquella época, centrada en los retos sociales y culturales que suponía la transición post-comunista. Tokarczuk optó por trabajar cuestiones fundamentales. Quizás fue este estilo propio lo que le llevó a la contemporaneidad postmoderna. No son ajenos en sus obras elementos feministas y ecologistas y críticas al antropocentrismo. Sus obras son universales; las consiguientes generaciones logran encontrar en ellas respuestas a los dilemas que les preocupan. En esta línea va también la justificación con la que la Academia ha respaldado su decisión: "Por una imaginación narrativa que, con una pasión enciclopédica, representa el cruzar las fronteras como forma de vida".
Su libro más destacado, publicado en 2007 y galardonado el año pasado con la prestigiosa Man Booker, es Bieguni (Flights, en su traducción al inglés). El título alude a una rama de los viejos creyentes de la Iglesia ortodoxa rusa, según los cuales el mundo está penetrado por el mal, pero los humanos le pueden obstaculizar el acceso a ellos cuando permanecen en continuo movimiento. Así, intercalando textos de cultura, ficción y elementos autobiográficos, Tokarczuk trata sobre el fenómeno del viaje humano, su dimensión psicológica y las inquietudes que implica.
Sus libros cuentan con numerosas traducciones, pero para los lectores hispanohablantes, de momento solo está disponible en español Un lugar llamado Antaño (Barcelona: Lumen, 2011; el original publicado en 1996). Se trata de una novela única, muy ambiciosa y compleja, que reflexiona sobre la coexistencia de los humanos con la naturaleza. Antaño es un imaginario pueblo localizado en el centro de Polonia, integrado en plenitud con el entorno, como si de un microcosmos o una mándala budista se tratara, como lo expresó uno de los críticos.
Tokarczuk es la quinta representante de Polonia en recibir esta gran distinción, tras Henryk Sienkiewicz, Wladyslaw Reymont, Czeslaw Milosz y Wislawa Szymborska. Su creación literaria supone una gran contribución a la cultura contemporánea del país, mientras que sus numerosos reconocimientos internacionales ahora con el Nobel incluido- le otorgan también la enorme responsabilidad de ser embajadora cultural de Polonia en el mundo. Como polaca que soy, confío en que lo hará tan bien como escribe sus libros; como historiadora, espero que nadie confunda su "narrativa imaginación" con algo distinto de la ficción.