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Un dragón verde contra el cambio climático

12/07/2024

Publicado en

Expansión

Carlos Alonso Pascual |

Profesor asociado de Tecnun-Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra

Un esquivo dragón verde sin alas ha aparecido en las playas de Cornualles. No, no se trata de otra de las versiones del Monstruo del Lago Ness que nos visitan cada verano, sino de algunas de las pequeñas piezas de Lego que acabaron en el océano en 1997, cuando un buque procedente de Japón perdió varios contenedores durante una tormenta. Negros o verdes, estos dragones perdidos todavía siguen apareciendo en las playas británicas, ya que se estima que pueden sobrevivir en el océano hasta 1.300 años.

Lego fue fundada por Ole Kirk Kristiansen, un carpintero de Billund, Dinamarca, que comenzó a fabricar juguetes en 1932. El icónico ladrillo que hoy todos conocemos no se lanzó al mercado hasta 1958, cuando la tecnología del plástico se encontraba en plena expansión. Su principio de interconexión ofrecía posibilidades ilimitadas de construcción, por lo que muy pronto se convirtió en un completo sistema para impulsar la creatividad a cualquier edad. En el año 1959, Lego creó la división Futura, un reducido equipo que se encargaba de generar ideas para los nuevos juegos. Desde entonces, la innovación, la creatividad y el diseño han sido el alma de la compañía. «Es solo cuestión de hacer volar la imaginación y dejar que surja una gran cantidad de ideas creativas», sostienen en Lego.

La empresa danesa ha utilizado el diseño para fomentar la innovación, adaptarse a distintos contextos o alcanzar la excelencia en un número muy importante de ocasiones. La responsabilidad social ha sido uno de los vectores que más ha contribuido a impulsar esta dinámica. En 2023 y tras cuatro años de investigación, Lego empezó a comercializar bloques diseñados especialmente para ayudar a niños y adultos ciegos o con problemas de visión a aprender braille. Cada uno de los 287 bloques de este nuevo juego está moldeado con relieves que representan una letra o un número diferente del alfabeto braille y, lo que es muy importante, siguen siendo totalmente compatibles con los productos originales. Todo un acierto para que personas con deficiencias visuales se inspiren y puedan hacer realidad sus creaciones.

Sin embargo, ha sido la incorporación de la sostenibilidad como un componente central de la propuesta de valor de Lego la que ha cosechado los mayores avances. Tal vez hayas notado ligeras variaciones de tono entre los ladrillos Lego del mismo color. Esto se debe a la incorporación de una pequeña cantidad de ladrillos reciclados de otros colores en cada nuevo lote fabricado. Una pequeña variación que evidencia de manera tangible el compromiso ambiental de la empresa. No obstante, la ambición de Lego de crear productos cada vez más sostenibles no se ha detenido ahí.

Hasta la fecha, han testado más de 600 materiales diferentes para sus piezas de construcción. Algunos ya han tenido éxito, como el bioplástico que utilizan para fabricar elementos botánicos y accesorios para minifiguras. Otros han demostrado potencial, pero no han cumplido con sus estrictos requisitos de calidad, seguridad y durabilidad. En septiembre del año pasado, Lego abandonó sus planes de fabricar ladrillos a partir de botellas recicladas después de descubrir que el nuevo material generaba mayores emisiones de carbono. Un duro golpe para los planes ambientales de la empresa que, a pesar de todo, mantiene firme su compromiso con el planeta.

Lego ha incorporado el diseño como un vector estratégico desde las fases más tempranas del desarrollo de productos y servicios. Inspirados por la alta durabilidad de las piezas pedidas en el mar, han lanzado Replay, un programa en el que la gente dona sus ladrillos, que se clasifican y limpian antes de destinarse a organizaciones benéficas. A fin de cuentas, los ladrillos de Lego son tan atractivos, seguros y duraderos que los usuarios nunca desean deshacerse de ellos, sino transmitirlos a las generaciones futuras. Y reutilizar es siempre más responsable y eficiente que reciclar.

Como explican muchos diseñadores, «crear objetos ricos en significados, que enamoren para siempre, es un modo de sostenibilidad».