Pablo Blanco, Profesor de Teología
Un líder espiritual
Francisco de Asís recibió la misión de reconstruir la Iglesia y rehizo con sus propias manos la ermita de la Porciúncula. Más adelante pudo transmitir su mensaje de pobreza a toda la Iglesia.
El 13 de marzo de 2013 fue elegido el primer papa no europeo: americano y latinoamericano, para más señas. Llegado «casi desde el fin del mundo», como él mismo se presentó en el balcón central de la basílica de San Pedro, se ha propuesto reformar la Iglesia siguiendo los pasos de san Francisco, del Vaticano II y de sus predecesores.
Muchos de los más de 1200 millones de católicos han recuperado el orgullo de la fe, y un número incontable de personas vuelven a interesarse por el mensaje de Jesús. La sencillez y el estilo evangélico de Bergoglio, su vocación por los pobres y su empeño por mostrar una Iglesia misericordiosa y «en salida», han logrado el llamado «efecto Francisco» en todo el mundo. Incluso en lugares donde los cristianos son minoría, como el norte de África, se siguen con atención sus gestos. Así decía Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger: «Sus palabras llegan al corazón de los que creen y de los que no creen». Ser católico vuelve «a estar de moda», dicen con su habitual ironía los mismos romanos«in piazza di san Pietro».
Francisco está llevando acabó la reforma de la curia en la ciudad eterna, a la que deben seguir las diócesis de todo el mundo. En estos dos años ha reforzado el control en los casos de pederastia y sobre las finanzas del Vaticano. Una reforma que es limpieza. Para ayudarle en esta tarea ha creado un Consejo de cardenales con nueve purpurados de los cinco continentes. Expresó su visión de la Iglesia con una de sus felices imágenes: «como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto».
Francisco se ha erigido en estos dos años como un indiscutible líder espiritual, mirado con simpatía también por otros cristianos: ortodoxos, anglicanos y protestantes. Esta buena imagen ha facilitado, por ejemplo, la mediación entre Cuba y Estados Unidos, logrando que se normalizaran las relaciones. Su próximo golpe será la encíclica dedicada a la ecología y el medio ambiente, publicada posiblemente antes de mitad de año. Permanezcan, pues, atentos a sus pantallas.