Fernando Pérez de Gracia, Departamento de Economía , Universidad de Navarra
Crédito escaso y caro
Durante los últimos días se han acumulado un elenco de nuevas malas noticias para la ya debilitada economía española.
Por ejemplo, el último dato del IPC para el mes de abril alcanzó el 1,2% situando la tasa de inflación interanual en el 3,8%; por otro lado, el Servicio de Estudios del BBVA ha reducido las perspectivas de crecimiento del PIB tanto para éste como para el próximo ejercicio.
No son buenas noticias para la economía española: aumentan las presiones inflacionistas y se reducen las perspectivas de crecimiento. En este contexto de estancamiento económico con nuevas presiones inflacionistas, ha reaparecido de nuevo el fantasma de la crisis de deuda griega.
En estos momentos, a nadie escapa la importancia del crédito como pieza clave de una sólida recuperación económica. En este sentido, la recuperación de buena parte del tejido empresarial español, tanto de pequeño y mediano como de gran tamaño, pasa por un acceso a un mercado de crédito normalizado. Paralelamente, la recuperación del consumo de los hogares y, por tanto, de la demanda, pasa de nuevo por un acceso al crédito privado.
El último número del Boletín Económico del Banco de España, aparece información relativa a la Encuesta sobre Préstamos Bancarios (EPB) correspondiente a abril de 2011 en España. La encuesta aporta dos resultados relevantes. En primer lugar, se observa que se mantienen estables los criterios para la aprobación de préstamos bancarios a sociedades no financieras mientras que se "endurecen ligeramente" (estos son los términos que aparecen en el Boletín Económico) a las familias y los hogares para consumo y la adquisición de una vivienda.
Inversión y crecimiento
En segundo lugar, la demanda de préstamos bancarios por parte de las sociedades no financieras continúa aumentando frente a una contracción de la demanda por parte de los hogares. En concreto, las familias demandan menos préstamos tanto para la adquisición de vivienda como para el consumo mientras que se elevan las peticiones de financiación para las pymes.
Esta encuesta muestra un comportamiento diferenciado entre los empresarios y los hogares. Los empresarios continúan demandando préstamos para llevar a cabo sus proyectos de inversión. Recordemos que la inversión de hoy es el crecimiento del mañana. De otro lado, los consumidores y los hogares han echado el freno a la demanda de préstamos reflejando quizás esa atonía y falta de confianza.
Durante esta primera gran crisis financiera, económica y de deuda del siglo XXI, el mercado de crédito se ha contraído drásticamente. Algunas noticias de la última semana, pueden llevarnos a pensar que la sequía de crédito no será algo pasajero sino que puede venir para quedarse algo más de tiempo.
El resurgimiento de la crisis de deuda soberana europea en su versión griega y el aumento de las presiones inflacionistas, entre otras, no son buenas noticias. Además de encontrarnos con un volumen de crédito insuficiente para las necesidades de la estructura productiva, por desgracia, nos enfrentaremos con un crédito algo más caro.
A medio plazo, las presiones inflacionistas se traducirán en aumentos en los tipos de interés y las entidades financieras trasladarán a sus clientes, los empresarios y familias, sus mayores costes de financiación. El crédito escaso y caro plantea una seria amenaza para una sólida recuperación económica tanto en el presente como en el medio plazo.