Jaume Llopis, Profesor del IESE Universidad de Navarra
No más recortes
Todos los días asistimos a discusiones sobre si el Estado de bienestar está en peligro ya que el modelo social vigente en España afronta la crisis más severa de la democracia. En España el Estado de bienestar se creó muy tarde, en los años ochenta, y se avanzó considerablemente en las siguientes décadas. Ante unos logros sociales irrenunciables, reducirlo más a base de recortes es una alternativa que no nos podemos permitir, ya que seguimos en la cola de Europa en gasto público en protección social, equivalente al 20% del PIB, lejos de la media de la Unión Europea con un 27%.
El Estado de bienestar es uno de los grandes activos de la civilización europea y una de las grandes contribuciones de Europa al mundo. Tanto gobiernos e instituciones como particulares tenemos que poner todo de nuestra parte para asegurar unas prestaciones para combatir la pobreza, el desempleo, la enfermedad y la educación Es un objetivo prioritario mantener los logros alcanzados como fundamento moral de cohesión social. Los gastos de "bienestar" deben ser considerados como inversión, que no sólo aumentan la cohesión sino también la productividad común.
¿Y, cómo hacerlo ante la actual escasez de recursos económicos? Todos, y principalmente los gobiernos, deben optimizar ingresos y gastos. Desgraciadamente, está ya demostrado que más recortes no generan crecimiento y sí más desempleo y menos bienestar. Hay más cosas que recortar, sin duda, pero no necesariamente en los aspectos sociales. Un experto en gestión empresarial sería capaz de reducir los gastos del Gobierno y de las comunidades autónomas en aproximadamente un 10% sin recortar para nada los gastos sociales. A poco que analicemos los presupuestos veremos gran cantidad de partidas que se podrían reducir sustancialmente sin que represente una minoración en prestaciones básicas. Además, tenemos más de 4.000 empresas públicas y aunque de algunas no pudiéramos obtener nada, otras serían susceptibles de venta con ingresos suficientes para evitar recortes en áreas intocables.
En definitiva, hay un Estado de bienestar conseguido con gran esfuerzo de todos y que no debemos desmantelar más. Sin más recortes, gestionando lo público y lo privado con buenas prácticas empresariales.