15/05/2023
Publicado en
Diario de Navarra
Javier Andreu Pintado |
Catedrático de Historia Antigua y director del Diploma en Arqueología
La presentación, el pasado otoño, de la mano de Irulegi, volvió a poner a los antiguos vascones de moda. Subrayó cómo, pese a lo que contaron sobre ellos los escritores de la Antigüedad, ha de ser la investigación arqueológica -y en particular en la franja de territorio comprendida entre la antigua Pompelo, Irulegi y Santa Criz de Eslava, con prolongación hacia las Cinco Villas de Aragón, en Zaragoza- la que nos aporte más datos sobre este elusivo pueblo de la antigüedad, uno más, pero, ciertamente, de apasionante estudio.
La mano de Irulegi motivó el reverdecimiento de viejos tópicos -que dábamos por superados- sobre los vascones, como identificarlos de manera automática con los navarros de la Antigüedad, hacerlos pobladores también de la Comunidad Autónoma Vasca en los tiempos antiguos o describir su territorio como unívocamente euskaldún en términos lingüísticos. Nada de eso, sino lo contrario, puede desprenderse del estudio de la mano que sólo prueba la diversidad de Navarra en la Antigüedad, el contacto de los vascones con otros pueblos vecinos -y con Roma- y, por supuesto, un grado de hábito escriturario para ellos mayor que el hasta ahora imaginado. Sin embargo, algunos de esos tópicos, siguen volcándose de manera gratuita, sin argumentos, y son asumidos como creencias, en prensa digital, blogs y redes.
Es por eso que, en la sacudida que para el mundo académico ha supuesto la irrupción del Chat GPT, en la Universidad de Navarra, estimulado por uno de mis doctorandos, quisimos ver qué sabía esta herramienta de inteligencia artificial sobre los vascones. El experimento no pudo ser más desolador. Para el Chat GPT los vascones “fueron un pueblo que habitó la región que hoy en día se conoce como el País Vasco”, “un pueblo de origen celta que hablaba una lengua preindoeuropea, el euskera”, que “tenía una sociedad organizada en tribus independientes” y que “fueron objeto de varias campañas militares por parte de los romanos, pero nunca fueron completamente sometidos”.
Ninguna de estas afirmaciones es compartida hoy por las ciencias de la Antigüedad. Los vascones ocuparon esencialmente parte de Navarra -no toda ella- y el área occidental de la provincia de Zaragoza; algunos de los pobladores de su territorio hablaron vascuence, pero también ibérico y celtibérico; no consta que se dividieran en tribus pues la mención a ellos por las fuentes es unívoca, “Vascones”, y no hay noticias en los textos antiguos sobre enfrentamientos con Roma. Los restos arqueológicos de algunas de las ciudades de su territorio -como la citada de Santa Criz de Eslava (Navarra) o Los Bañales de Uncastillo (Zaragoza)- y las inscripciones demuestran que el grado de integración de los vascones en la órbita de Roma -colaborando en su ejército como jinetes y guerreros- fue total.
Si el Chat GPT afirma lo que afirma es porque, en la red, abundan todavía esos tópicos, absolutamente infundados que, mal que nos pese, sigue asumiendo gran parte de la población. Debemos hacer caso al fundador de la Historia como ciencia, el griego Heródoto de Halicarnaso, cuando en el siglo VI a. C. decía que los hombres habíamos de ser críticos y no aceptar, sin comprobación, lo que otros nos contaban sobre nuestro pasado. Ojalá entre todos consigamos cambiar esa tendencia y que, pronto, Chat GPT, y los circuitos pedagógicos y de transferencia de la actividad científica que, en estos años, se ha desarrollado sobre esos antiguos vascones, abandonen los tópicos -de sesgo político esencialista- en favor de la verdad histórica.