El tabaquismo es una de las grandes epidemias actuales. En Europa una de cada seis personas fallecerá de forma prematura por el consumo de tabaco. El tabaco causa daño para la salud y. además, crea adicción. Prueba de ello es que la mayoría de los fumadores desean dejar de fumar y solo uno de cada 10 que lo intentan sin ayuda lo logra. Algunos fumadores experimentan una gran dificultad para dejar de fumar, e incluso parece que determinados genes pueden predisponer a la adicción a la nicotina Estas personas requerirán ayuda de fármacos y un seguimiento y. con frecuencia varios intentos.

La OMS ha adoptado el plan MPOWER, que tiene como objeto prevenir el tabaquismo, disminuir la exposición creando ambientes libres de humo, y facilitar ayuda para el cese. En España se han tomado diversas medidas para control del tabaco: prohibición de su publicidad, promoción, patrocinio, y consumo en locales públicos, elevación de los impuestos, etc. No obstante, la ayuda al fumador resulta insuficiente. Esta debería incluir asesoramiento, valoración de la dependencia facilitar la medicación disponible y seguimiento. Existen fármacos eficaces para abandonar el tabaco que no reciben subvención.

La asistencia al fumador debería atender también a otros factores que potencian el daño del tabaco y las enfermedades derivadas de su consumo. La ayuda para dejar de fumar a personas con enfermedades respiratorias, cardiovasculares o tumorales es clave para frenar su progresión. La atención personalizada al fumador permite identificar las situaciones de mayor dificultad, atender el grado y tipo de dependencia aconsejar, valorar la necesidad de tratamiento e identificar otras enfermedades derivadas. No obstante, los programas han de adecuarse a las posibilidades de cada lugar. Todos los esfuerzos son bienvenidos.