Gerardo Castillo Ceballos, Profesor de la facultad de Educación y Psicología
Repensar nuestro modelo de aprendizaje
¿Qué desvelan los últimos Informes de organismos internacionales acerca del aprendizaje en las escuelas españolas de enseñanza secundaria?
Se trata, en términos generales, de un aprendizaje no para saber, sino para aprobar; se centra en conocimientos independientes entre sí y que reclaman sólo esfuerzo memorístico. Como consecuencia, se descuida la comprensión, la expresión y la aplicación de los contenidos. Todavía se pretende adaptar el niño a la escuela, en vez de adaptar la escuela al niño; todavía se basa la enseñanza en la palabra del profesor y no en la actividad del discente y en el aprendizaje por descubrimiento personal.
Desde esa mentalidad se achaca el fracaso escolar sólo a la indolencia de los estudiantes, jamás a las deficiencias del sistema educativo. Se silencia que la falta de rendimiento en el aprendizaje puede deberse también a la inadaptación del alumno a la escuela, a causa de planes pedagógicos poco realistas y con formas de enseñanza ineficaces
¿Es fácil ser buen estudiante cuando la escuela no reserva tiempo para estudiar, cuando se estudia en lugares que impiden la concentración o cuando no está previsto que los profesores se preocupen de que sus alumnos aprendan a aprender su materia?
Un día cualquiera del estudiante de enseñanza secundaria suele transcurrir así: asistencia a un mínimo de cinco clases de tipo expositivo con unos pocos minutos de descanso entre ellas; la participación de los alumnos se limita a tomar apuntes, ya que no suelen tener la oportunidad de preguntar. A muchos profesores les preocupa más ir al día en el desarrollo del programa (en la explicación del temario), que dedicar algún tiempo a aclarar lo que los alumnos no entienden. ¿Eso es desarrollar el programa? ¿Se puede mantener el interés y la atención oyendo lecciones magistrales durante cinco horas casi seguidas?
Con ese planteamiento no existe tiempo de estudio durante la jornada escolar. ¿Cuándo estudian los apuntes de las cinco o más clases diarias? Tendrán que hacerlo en tiempo extraescolar (deberes escolares), lo que impide el descanso, el tiempo libre y la convivencia familiar. ¿En qué ambiente de estudio? Lo habitual es en una casa con mucho jaleo (llamadas telefónicas, sonido de la televisión y de los electrodomésticos, etc.) y con la tentación de los videojuegos, sobre todo en el caso frecuente de que los padres estén ausentes.
Hoy es necesario actualizar el concepto de aprendizaje en muchas escuelas. El aprendizaje es una modificación de la conducta a través de la experiencia. En la concepción constructivista de Ausubel y Vygotsky, el aprendizaje es el resultado de una construcción que realiza el aprendiz cuando actúa sobre el objeto que desea aprehender. Este proceso implica un cambio mental, desde una situación de partida hacia un nuevo estado cognitivo.
Para Ausubel, el factor más importante en el proceso de aprender es lo que el estudiante ya sabe. El aprendizaje significativo se logra mediante la interacción de los conocimientos y experiencias que un alumno tiene sobre una materia y la nueva información que recibe. Supone relacionar lo que aún no se sabe con lo ya sabido, buscando así respuestas para cuestiones previas. Ello permite asimilar los contenidos con más interés y facilidad. (Cfr. Ausubel, P.: Psicología cognitiva, 1989)
El aprendizaje así entendido requiere profesores orientadores. Enseñar es propiciar que el alumno aprenda a aprender sin sustituirle: sugiriéndole metas, suscitándole motivos y un estilo propio de aprender, orientándole sobre el método de estudio. Para conseguirlo hay que desarrollar algunas virtudes morales, por ser causas dispositivas del saber, especialmente la estudiositas (estudiosidad).
La estudiositas estimula la disposición para conocer en profundidad un tema. Actualmente, muchos estudiantes no son capaces de sobreponerse a las molestias que conlleva el trabajo de estudiar: aplazan el comienzo del estudio, hacen interrupciones innecesarias, renuncian muy pronto a entender una idea o resolver un problema, saltan de una página a otra sin profundizar en ninguna.
La estudiositas es lo opuesto al estudio con prisas y superficial. Requiere mirar cada tema con buenos ojos y despacio, llegando a la contemplación; es constancia sobre una misma página, corazón para aguantar con una idea o con un problema hasta dar con la respuesta o solución exacta.
Un procedimiento didáctico muy aconsejable para enseñar a aprender es desarrollar algunas clases en forma de Estudio dirigido. Los alumnos aprenden el tema del día, no escuchando pasivamente la exposición del profesor, sino estudiando con él. El profesor propone, inicialmente, la técnica de estudio que los alumnos deben utilizar y seguidamente les asesora en su aplicación antes y después de iniciar su estudio-trabajo. Este procedimiento es una clase participativa, permite que los alumnos tengan tiempo para estudiar dentro del horario escolar y aprendan a estudiar de forma práctica, desarrollando hábitos de estudio correctos.