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Reyes Calderón Cuadrado,, Escritora y decana de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra

Serendipias, chiripas y carambolas

vie, 17 may 2013 09:28:00 +0000 Publicado en La Razón

Hace poco más o menos un año, en un pleno extraordinario, la Real Academia discutió la posibilidad de incluir el término serendipia para uso científico en el Diccionario, con el mismo significado que la Academia británica otorga a 'Serendipity': hallazgo fortuito o descubrimiento producido por accidente. Umberto Eco pone como ejemplo del fenómeno la llegada de Colón a América; hay algún otro que 'twittea' ejemplos políticos más actuales… Serendipias ocurren todos los días. Se han publicado algunos artículos que lo constatan empíricamente: he estudiado uno que afirma que, tengas los sistemas de control que tengas, el 85% de los fallos (corruptelas y corrupciones incluidas) se descubren por pura casualidad. En el mundo científico, son especialmente frecuentes: recordemos la penicilina de Alexander Fleming o el politetrafluoretileno (teflón) de Plunkett. Hofmann descubrió accidentalmente el LSD y lo mismo ocurrió con los Pos-it, que derivan de un fallo de producción de una partida de pegamento. No obstante, por mucho que yo fuera afortunada, nunca descubriré la manera de almacenar energía, sencillamente porque no estoy en ello. Los hallazgos son causales, sin duda; surgen de modo inesperado pero se topa con ellos quien anda buscando algo más o menos cercano. Y ese alguien está tan atento a lo que le rodea, que descubre de inmediato el uso de lo que ha aparecido sin esperarlo. En castellano, disponemos de términos coloquiales más comunes para referirnos a la serendipia como son chiripa o carambola. Unos días atrás, leí un artículo cuyo firmante aseguraba que este Gobierno no encontraría una senda hacia el crecimiento ni de chiripa, algo muy poco esperanzador que, la verdad, me hizo pensar. Creo firmemente en el papel de las «perturbaciones», en eso que se llama «factor azar», en las serendipias y en las chiripas: bienvenidas sean todas ellas, si aportan soluciones. Pero sé que hay que ser un científico para hacer descubrimientos científicos fortuitos. Y lo que me inquieta es que este Gobierno - lo extiendo a sindicatos y Oposición - no esté haciendo lo que debe para toparse con lo positivo que no espera. No hablo de la macro, en eso está bien situado el ministro de Guindos: y cualquier día se encontrarán con una Alemania que hable más español. Pienso en la micro, en el mundo de las pymes, donde creo que andan en las carreteras de circunvalación. Hablar (escuchar mejor) con empresarios pequeños y medianos sobre lo divino y humano, y, sobre todo, sobre las dificultades de hacer empresa en nuestro país les pondría en situación para hacer esos descubrimientos que todos esperamos. ¿De chiripa? Pues bienvenida sea.