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El amor en la posmodernidad

08/7/24

Publicado en

El Diario Montañés

Gerardo Castillo Ceballos |

Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra

El crecimiento progresivo de las rupturas conyugales en muchos países está relacionado con la desvalorización de este concepto

En España, casi el 50 por ciento de las uniones matrimoniales acaba en ruptura, según el último Informe del Observatorio Democrático CEU. El actual crecimiento progresivo de las rupturas conyugales en muchos países está relacionado con la desvalorización del amor en la época actual. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman es el creador del concepto ‘amor líquido’ que se basa en vínculos sentimentales frágiles desarrollados en la posmodernidad. Es un amor superficial con lazos que se diluyen como un líquido que se escapa entre los dedos hasta desaparecer.

Vivimos en una sociedad cada vez más impersonal, individualista y utilitarista, que huye del compromiso, generando así inteligencias desamoradas y analfabetos del amor. Lo que parece amor a veces es desamor disfrazado y en él hay una autoafirmación egoísta que incapacita para dar y darse. La persona necesita ser amada en sí misma y por sí misma, y no por el placer o la utilidad que pueda proporcionar.

Algunos estudios recientes sobre las causas de las crisis conyugales coinciden en que las más comunes son tres: casarse con un amor reducido al deseo, inmadurez para la vida conyugal y falta de comunicación.

El amor verdadero no es un deseo sensible aislado, sino una elección libre que procede de la inteligencia y de la voluntad. Sin embargo, muchos jóvenes de ahora se casan sin saber qué es el matrimonio y cuáles son los compromisos y deberes que conlleva; supeditan la entrega al otro a sus propios estados de ánimo y a los deseos de cada momento; padecen incapacidad para deberse al otro; pretenden que el otro asuma en exclusiva responsabilidades que son comunes, como, por ejemplo, la educación de los hijos.

La ausencia de diálogo daña seriamente la comunicación conyugal. Si es habitual, condena a los dos cónyuges a la soledad. El diálogo conlleva un intercambio de información o de opinión y requiere comprensión empática. Esa empatía emocional es la capacidad de identificarse con los sentimientos de otra persona, a diferencia de la empatía cognitiva, que se refiere a la capacidad de entender al otro sin necesidad de una conexión emocional. Las dos son necesarias en la relación conyugal.

Es frecuente que las perso- nas que tienen una crisis en su vida conyugal pidan orientación a los expertos cuando ya están al borde
de una ruptura. Ignoran que esa crisis no es simplemente un hecho puntual,sino un proceso que se ha ido desarrollando a lo largo de varios años. Por eso es mejor prevenir que curar, pero para saber prevenir posibles crisis conyugales, cualquier matrimonio debe estar abierto a la ayuda de los especialistas y a adquirir formación sobre el tema. De ese modo, la crisis no llegará, y si llega, será menos virulenta. A continuación, selecciono y enumero tres pautas aconsejables para la prevención del problema entre las muchas que existen. 

En el amor conyugal lo más importante es lo más pequeño; muchas cosas que hay que cuidar.

Anteponer la atención al cónyuge a todo lo demás. El amor conyugal tiene un orden: el otro cónyuge es lo primero. Cada uno debe basar su felicidad en hacer feliz al otro: o los dos felices o ninguno. Hay que esforzarse para conciliar la vida familiar con la vida laboral. Muchas personas están casadas con su trabajo, cuando lo prioritario en su vida no es el trabajo, sino su matrimonio y sus hijos.

Estrenar el amor cada día. En el amor conyugal no tiene sentido el conformismo y el descanso. O crece o muere. El verdadero amor no se repite, es siempre nuevo, es creativo, sabe inventar. Pasadas las primeras etapas de la vida conyugal, el amor apasionado y romántico suele perder intensidad, y lo deseable es que evolucione hacia otras formas de amar más sosegadas; es el amor-ternura, el amor-compañía, el amor-amistad. Cuidar los pequeños detalles.

En el amor conyugal lo más importante es lo pequeño. La vida de un matrimonio está hecha de muchas cosas pequeñas, detalles que hay que cuidar. Muestran que el amor es activo y que siempre está alerta. La letra de una conocida canción lo expresa así: «El que tenga un amor que lo cuide».