Mercedes Galán Lorda, profesora de la Facultad de Derecho
La huella de un hombre grande
La autora glosa la figura de Sánchez Bella, especialmente en el campo de la historia del Derecho
Todos somos únicos, pero hay personas que dejan una huella profunda y singular. Personas que son tan grandes, que, en su humildad, no quieren que se les reconozcan méritos ni se les destaque por encima de nadie, sobre todo porque se consideran instrumentos para tratar de mejorar la vida de los demás.
Es un privilegio encontrar personas tan grandes. Una de ellas ha sido Ismael Sánchez Bella, don Ismael para quienes hemos tenido el privilegio de ser sus discípulos o sus alumnos. Primer rector de la Universidad de Navarra, catedrático de Historia del Derecho, presidente de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra, un académico y persona de humanidad desbordante, importante para la vida de muchos, tanto los que tuvimos el privilegio de tratarle y poder compartir con él muchos momentos, como para otros que no le conocieron y que, incluso sin saberlo, le deben de alguna forma el poder haber hecho una carrera, recibir una magnífica formación académica y humana, haber encontrado la vocación
de su vida, e incluso el Amor divino o el amor humano.
Navarra, sede de la Universidad y tierra natal de muchos de los que fuimos sus discípulos, tiene una indudable deuda de gratitud con él.
Don Ismael se trasladó a Pamplona en junio de 1952 desde la ciudad argentina de Rosario, para atender el apasionante encargo de emprender la Universidad de Navarra, por expreso deseo de su fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer.
Ismael Sánchez Bella era entonces catedrático de Historia del Derecho. Se había doctorado en 1947 bajo la dirección del profesor García-Gallo. Su tesis doctoral, relativa a la hacienda indiana, fue triplemente premiada: obtuvo el Premio Fundación Viuda de Riaza de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid, el Premio Menéndez Pelayo del CSIC, y el Premio Internacional Levene. Obtuvo la cátedra, mediante oposición, en 1949. En 1950 se trasladó temporalmente a Argentina, donde se hizo cargo de la cátedra de Historia de España en la Universidad Nacional del Litoral, y se incorporó al Instituto de Historia del Derecho.
Desde 1952 hasta el final de su vida, su trayectoria, tanto académica como personal, ha estado especialmente vinculada a Navarra. Puso materialmente en marcha la Universidad de Navarra, fue su primer Rector (1954-1960) y, durante veintiséis años vicerrector (1960-1986). Desde 1985 hasta 1998 presidió la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra. En estos cargos de gobierno, siempre le preocupó la formación académica y humana de alta calidad. Exigente, porque lo era consigo mismo, mantuvo siempre vivo el deseo de ofrecer lo mejor a la sociedad, no escatimando esfuerzos y luchando, en su etapa de servicio en la Asociación de Amigos, por conseguir los fondos necesarios para la investigación y la docencia, tratando de evitar que ningún alumno que lo desease dejase de acceder a la Universidad de Navarra por falta de recursos económicos.
Magnífico docente, del que todos sus alumnos, sin excepción, recuerdan sus clases profundas y amenas, ilustradas siempre con citas y lecturas que incrementaban el interés por cada tema. Muchos conservamos como un tesoro el texto de sus Lecciones de Historia del Derecho.
Investigador del derecho navarro
Investigador incansable, fue especialmente pionero en el ámbito del derecho indiano. Estudió la hacienda indiana, las leyes de Indias, las instituciones de gobierno, las visitas, o las relaciones Iglesia-Estado. Algunos de estos trabajos se recogen en los tres volúmenes de su Derecho Indiano: Estudios. Una de sus principales aportaciones fue el hallazgo de la Recopilación de Leyes de Indias de Antonio de León Pinelo, que anunció en una revista alemana en 1987. En 1992 publicó esta obra en México, precedida de un estudio preliminar, publicación que alcanzó amplio eco internacional.
Su aportación fundamental al derecho indiano le hizo merecedor de numerosos reconocimientos (Académico Correspondiente de 12 Academias o Institutos Nacionales americanos). Fue miembro Fundador del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano (1966), institución de la que ha sido Presidente Honorario hasta hoy.
También dedicó su actividad investigadora a estudiar la génesis del Estado Moderno y, radicando en Navarra, se preocupó por el estudio de la historia del derecho navarro. Dirigió la edición crítica y estudios sobre el Fuero Reducido de Navarra, del que investigó su trayectoria histórica, e impulsó el conocimiento de las instituciones históricas navarras.
Dirigió 40 tesis doctorales y fue un auténtico maestro de historiadores del derecho e investigadores, contándose entre sus discípulos numerosos catedráticos de Historia del Derecho de distintas Universidades españolas y extranjeras.
Generoso en la transmisión de su saber, en su dedicación a los demás, y, sobre todo, en la entrega de su vida a un gran sueño y a hacer el bien, solo puede comprenderse su energía, optimismo y esfuerzo, conociendo el motor de su vida: su entrega a Dios, en su caso a través del Opus Dei.
Sirvan estas pobres palabras como homenaje a un hombre grande, generoso, a un gran universitario, magnífico investigador y docente, y, sobre todo, queridísimo maestro para quienes hemos tenido la enorme fortuna de ser sus discípulos.