Tras la noticia de la renuncia de Benedicto XVI, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha explicado que el Vaticano está estudiando con la ayuda del propio Papa el título que éste tendrá en el futuro.

En ese sentido, cabe establecer una primera distinción entre cargo y título. El primero se entiende como ‘oficio eclesiástico'. Como tal, Joseph Ratzinger no desempeñará ninguno, pues, tal y como ha comunicado, vivirá retirado en un convento en el Vaticano a partir de que se haga efectiva su renuncia.

Con respecto al título, consiste en el tratamiento que recibirá cuando se hable con él o bien cuando terceros se refieran a su persona. Puesto que el Derecho Canónico no regula el título de un pontífice que dimite y tampoco hay antecedentes recientes que den pistas sobre cuál podrían elegir, no sabremos cuál es el definitivo hasta que la Santa Sede lo anuncie.

En la voz ‘Renuncia del Romano Pontífice' del Diccionario General de Derecho Canónico (Volumen 6, págs. 932 y 933), publicado recientemente por la Universidad de Navarra y Thomson Reuters Aranzadi, el profesor polaco Piotr Majer analiza cuál podría ser la posición canónica del Romano Pontífice dimitido en la Iglesia: "¿Sería solamente un episcopus consecratus más? Parece que nada obsta que al «Papa emérito» puedan aplicarse, guardando las debidas proporciones, algunas de las indicaciones de carácter teológico del documento del la Cong Episc, Il vescovo emerito, del 2008, sobre todo en cuanto a la participación en la corresponsabilidad en la Iglesia. El Código nada dice sobre si el Papa que renunció a su oficio conserva la dignidad cardenalicia".

Si bien Benedicto XVI perderá su condición pontificia, no perderá la cardenalicia, por lo que seguirá siendo el cardenal Joseph Ratzinger. Como tal tendrá el tratamiento de ‘eminentísimo' o ‘su eminencia'. Algunas de las denominaciones que podrían estar barajando en el Vaticano son ‘Obispo emérito' (u ‘Obispo dimisionario') de Roma, o bien ‘Romano Pontífice emérito'.