Daniel Bartolomé Navas, Profesor de Protocolo ISSA de la Universidad de Navarra
No paremos de celebrar todo lo bueno que nos pase
Aumento progresivo de rebrotes, extensión de los contagios, fuerte caída del sector turístico, cierre del ocio nocturno, prohibición de fumar en la calle, declaración de emergencia sanitaria en Euskadi…, atisban un horizonte próximo poco halagüeño para el encuentro. La respuesta sanitaria al virus llama a la atomización y a la división del “paisaje social”, por lo que, a priori, su expansión ni ayuda ni facilita el júbilo de la reunión ni el calor del evento, y contribuye, por ende, a reforzar una visión del mundo particularista inmersa en muchas incertidumbres. Y este panorama va a afectar, durante un tiempo y hasta que no se alcance una vacuna efectiva, a nuestra manera de celebrar, de reunirnos, de estar y hacer espacio social…, alterando el formato de los eventos y llamando a su nueva reinterpretación.
Los eventos (en su más amplia acepción) representan la pulsión dinámica de la sociedad y se alzan como máxima expresión sociocultural del individuo en su pertenencia al grupo en todas sus manifestaciones. A través de las fiestas, ferias, comidas, celebraciones, reuniones…, el individuo interacciona creando “espacio” y “tiempo” social (siguiendo los marcos conceptuales del sociólogo Anthony Giddens). Y en esta búsqueda constante de interacción y continuidad vital, el individuo está redefiniendo ese “espacio de encuentro” tanto en una dimensión presencial -con el uso de mascarilla, limitación de aforo, distancia de 2 metros entre asientos- o hace uso de la tecnología para encontrarse telemáticamente desde la distancia con el otro en un espacio virtual común.
El partido demócrata en EEUU ha visto muy clara esta adaptación y la opción de continuidad en este nuevo marco de realidad. La vida debe continuar (“the show must go on”, como dirían) y ante una situación de pandemia como la que está atravesando el país, el equipo de Joe Biden ha dado el pistoletazo de salida -con un mes de retraso- a la campaña de elección de candidatos sin el tradicional espectáculo que acompaña estos festivos y multitudinarios eventos políticos. La solución; la Convención del Partido Demócrata que se está celebrando estos días ha encontrado en el espacio virtual la fórmula para llegar y animar a sus delegados y electorado tras la decisión de cancelar los eventos públicos. Es verdad que no es lo mismo. Que falta el calor de la cercanía, la emoción compartida, que los aplausos o no existen o parecen enlatados, y que por muchos adelantos técnicos que haya, el himno nacional no suena igual desde casa. Pero lo importante es que suena. Por ello, de momento y hasta épocas más salubres -y tenemos que eliminar la sensación de provisionalidad porque la situación se puede alargar-, es el camino por dónde hay que andar y debemos verlo como una oportunidad inteligente de reconversión (como anima el experto en marcas e imagen de producto, Gustavo Entrala).
En principio, soy de la opinión que no se pueden eliminar los eventos que estaban programados porque ello genera vacío social, además de romper el ritmo de trabajo de los equipos inmersos en su organización. No obstante, la cancelación de networkings o conferencias de trabajo no implica el fin de las oportunidades profesionales. Hay que romper la barrera del contexto tradicional y allí donde se cierra una puerta, se abre una ventana o una puerta más grande, como dice el dicho tradicional. Y es verdad. Existen formas para seguir haciendo networking desde casa, aunque se haya cancelado un evento de trabajo. La tecnología actual está a nuestro favor. Como consejo a navegantes; primero, sería oportuno hacerse con la lista de los participantes al evento, o incluso que la propia organización la facilitase a las personas inscritas -por supuesto con el visto bueno de todos para evitar caer en deslices sobre la protección de datos privados- para propiciar así esta simbiosis y encuentro. A continuación, seleccionaríamos a los profesionales con los que creemos poder tener más afinidad profesional, intereses comunes… y contactar con ellos vía mail -si nos los ha facilitado la organización- o a través de LinkedIn buscando a la persona en el buscador de internet. El siguiente paso, ante una repuesta positiva, puede ser quedar un día a una hora concreta para tener un Coffee&Meet, para conoceros y abrir posibilidades profesionales.
La pandemia supone un obstáculo, por supuesto. Pero no puede paralizarnos ni convertirse en la causa de nuestra vuelta a la oscuridad de la caverna. Debemos seguir fuera, buscando el alimento y encontrando las alternativas -que las hay- para seguir celebrando, de otra manera, todo lo bueno que nos vaya pasando.