Cristina López del Burgo, Profesora Titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra
Diagnóstico genético preimplantacional
En Medicina prevenir significa aplicar medidas para que las personas no enfermen. El DGP no previene ni evita la enfermedad en una persona, sino que elimina a la persona con esa enfermedad o que tiene un mayor riesgo de desarrollarla en el futuro.
El departamento de Salud incorpora desde octubre el diagnóstico genético preimplantacional (DGP) de embriones a las prestaciones públicas del Servicio Navarro de Salud. El DGP consiste en detectar alteraciones genéticas en los embriones creados en el laboratorio o en identificar a los embriones compatibles con un hermano enfermo, para intentar curarle con la médula ósea compatible. Los embriones con la alteración genética o que no son compatibles, aunque estén sanos, se destruyen y solo se transfieren al útero de la mujer embriones aparentemente sanos o compatibles. Se dice así que es una técnica para prevenir y curar ciertas enfermedades.
Sin embargo, en medicina prevenir significa aplicar medidas para que las personas no enfermen (por ejemplo, evitar el tabaco, eliminar un tumor benigno para que no se convierta en maligno...). El DGP no previene ni evita la enfermedad en una persona, sino que elimina a la persona con esa enfermedad o que tiene un mayor riesgo de desarrollarla en el futuro. De hecho, algunos embriones, de haber continuado con su vida, podrían no haber desarrollado la enfermedad en cuestión. Por otra parte, algunas personas que no tienen inicialmente una alteración genética pueden padecer esa enfermedad por otros mecanismos. Y tampoco el DGP asegura que esa persona no vaya a desarrollar otro tipo de enfermedades, quizás más graves que la que se quería evitar.
Es absolutamente comprensible el sufrimiento de los padres que van a tener un hijo enfermo, pero las personas enfermas o discapacitadas siguen siendo valiosas y siempre aportan algo a la sociedad. No existen enfermedades sino enfermos y cada ser humano, nacido o no nacido, sano o enfermo, tiene una dignidad que hay que respetar. Por eso los médicos tenemos la obligación de investigar, estudiar y contribuir al progreso científico para poder cumplir nuestra misión de curar, aliviar y acompañar. Destruir a las personas porque su genoma no cumple con unos cánones de calidad esperados no es medicina sino eugenesia. Aceptar que para lograr un fin bueno está justificado usar medios que destruyen vidas humanas no es progreso sino retroceso. Quizás el dinero invertido en desarrollar el DGP podría haberse invertido en investigar los mecanismos de las enfermedades, encontrar nuevas formas de prevenirlas y diagnosticarlas y desarrollar tratamientos más eficaces respetando al ser humano por encima de todo. Eso sí sería un verdadero progreso científico.