Dolores López Fernández,, profesora de Geografía en la Universidad de Navarra
Huyendo de la guerra, migraciones en Oriente Medio
Todos tenemos todavía en la retina la trágica imagen del pequeño cuerpo inerte de Aylan en la playa, con su camiseta roja y sus zapatitos nuevos. Esta foto ha supuesto un punto de inflexión en la opinión pública mundial respecto al drama de la población que huye de Siria. No cabe ninguna duda sobre el crucial papel que medios de comunicación están jugando no sólo en la articulación de los imaginarios que sobre esta realidad tenemos los ciudadanos, sino también en la movilización de la sociedad civil y en la, muchas veces posterior, reacción de los estados. En este artículo deseo hacer algunas reflexiones y proporcionar algunos datos para ayudar a contextualizar el proceso de huída que está sufriendo la población siria.
En el mundo globalizado en el que vivimos, los flujos migratorios intensos son una nota característica. Pero, dentro de estos procesos migratorios, es preciso destacar la especial situación de las personas que salen huyendo de zonas altamente conflictivas, como es el caso de Siria. Toda persona que se ve forzada a dejar su país y busca protección en un país extranjero debería ser tratada como un refugiado, con la protección que esta dramática situación requiere, en el marco de amparo dibujado por la Convención de Ginebra, ratificado, no lo olvidemos, por la gran inmensa mayoría de países del mundo. A la hora de afrontar esta situación, es por lo tanto clave no mezclar las realidades de las migraciones económicas y las migraciones forzosas.
Por otra parte, hay que ser consciente que es difícil tener una información precisa sobre esta realidad debido a las características propias del fenómeno. A través de instituciones que socorren a los refugiados (ACNUR, Cruz Roja...) o de organismos que controlan las fronteras (Frontex, Ministerios del Interior...) tenemos una aproximación a la realidad, eso sí de valores mínimos. La población registrada por el ACNUR diferencia entre los refugiados, personas que han salido de su país y los desplazados, personas que han salido huyendo de su lugar de residencia, pero no de su país. El último informe del ACNUR sobre las tendencias globales de los refugiados en 2014 señala algunos datos que es preciso recordar para contextualizar la actual llamada de auxilio de la población siria a Europa:
1. Los refugiados sirios, 3.875.866 (finales de 2014), son el grupo más importe y suponen el 25% de los refugiados del mundo atendidos por el ACNUR. A este grupo que ha salido de Siria, hay que sumar los 7.632.500 de desplazados dentro de sus fronteras.
2. Los países que están acogiendo en su territorio a esta población que huye de las bombas y la destrucción de la guerra son mayoritariamente sus
vecinos: Turquía (1.557.899), Líbano (1.147.494), Jordania (623.112), Irak (234.196) y un poco más alejado, Egipto (138.381). En sexto lugar Alemania (40.994) y Suecia (34.285). España, en el número 25 de la lista de países contaba a finales de 2014 con 1.336 refugiados sirios. Llama la atención la ausencia en esta lista de los ricos vecinos de la península arábiga.
3. Si calculamos el peso que esta población supone en el conjunto de la población de cada país vemos que en los países que mayor impronta tiene la llegada de su población son en los pequeños países fronterizos, Líbano (232 refugiados por 1.000 habitantes) y Jordania (87%). En Turquía suponen 21% y en Alemania un 2,6%.
Pero entre los datos de 2014 y la actualidad, la situación en la zona se ha agravado de una manera muy importante debido al empeoramiento de las condiciones de vida en los campos de refugiados dentro de Siria, hacinamiento y problemas de abastecimiento de agua y alimentos que llegan en algunos casos a la muerte por hambre, la saturación de los campos de refugiados de los países limítrofes, y el recrudecimiento del conflicto con el avance del Estado Islámico en territorio sirio. Esto explica, entre otras razones, que aunque la guerra civil estalló en Siria en 2011, no ha sido hasta hace unos meses cuando se han intensificado considerablemente los flujos migratorios a Europa. El drama de los refugiados sirios comenzó ya hace mucho tiempo, aunque ha sido recientemente cuando han comenzado a llamar a nuestra puerta.