Antonio Aretxabala Díez, Profesor de Geotecnia, Escuela de Ingeniería de Edificación
España, tierra de seísmos
Ha pasado más de una semana, Lorca sigue apareciendo como una de las noticias más impactantes de los últimos tiempos, más en el sector de la edificación. No pocos constructores han sido señalados con el dedo, ahora nos preguntamos qué hemos hecho mal, pero con lo que empezamos a saber, ¿se puede hablar de culpables?
Ya ha sido analizada la catástrofe desde varios puntos de vista: puramente sísmico, constructivo, histórico, también el del cumplimiento de las normas sismorresistentes.
Se coincide en todas ellas:
1- La región de Murcia está en una de las tres zonas más sísmicas de la península, cercana a un borde de placa con fallas activas asociadas muy superficiales
2- Lorca se sitúa justo encima de varios de esas fracturas (ya han generado más de 130 réplicas), los esfuerzos son compresivos NO-SE y distensivos NE-SO.
3- Los terrenos que acogieron las sacudidas bajo Lorca son terrenos sueltos, susceptibles de colapsos y hundimientos. Las deformaciones se transmiten directamente a los edificios por las cimentaciones. No amortiguan deformaciones, a veces las amplifican.
4- Los edificios dañados estructuralmente son generalmente anteriores, pero también los hay posteriores a las normas sismorresistentes. Algunos derribados tenían 8 años.
Lorca, aparece cartografiada con coeficiente de contribución o amplificación k=1 y 0,12g (serían los "latigazos" que duraron 5 segundos vapuleando edificios); g es la aceleración de la gravedad.
Los acelerógrafos del Instituto Geográfico en Lorca, detectaron 0,28g para el primer movimiento de 4,4 grados y nada menos que 0,37g para el segundo de 5,1. Esa aceleración catapulta al movimiento, localmente al grado VIII, que para el United States Geological Survey (g = 0,34-0,65) el calificativo es "Destructivo".
De momento despejamos ciertas dudas sobre supuestas labores constructivas deficientes, aún cumpliendo la norma, las exigencias quedaron un 300% cortas.
En Alhama de Murcia, el acelerógrafo, midió una aceleración de 0,012 g, un 3.000% menos que en Lorca, según Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional. Esto demuestra la debilidad del seísmo distribuido horizontalmente.
Conclusión: Lorca ha sido el centro de la diana, lo peor es estar encima de una falla activa, futuras normas sismorresistentes deberán pensarse también para "latigazos pequeños" pero superficiales.
¿Habría otras localidades en parecidas condiciones?, ¿podrían sufrir movimientos cortos en el tiempo con picos de aceleración también 3 veces mayores de lo que las normas aún vigentes auguran? El mayor coeficiente se aplica en Granada: 0,24g. Por debajo de 0,04g no son obligatorias medidas especiales.
No estaría mal que la inevitable revisión del mapa sísmico que Lorca acaba de dejar obsoleto, analizase a fondo también la geometría y distribución de otras fracturas o fallas activas, podrían afectar a poblaciones en similar disposición en: Guipúzcoa, Navarra, Norte de Aragón, Cataluña, Valencia y Alicante, Murcia, Albacete, Andalucía, Sur de Extremadura y Este de Galicia, y Canarias, por si acaso.