Sabemos que es una medida recesiva que desincentivará el consumo -en la medida en la que la subida se traslade a los precios o la inversión- si los precios se mantienen y se reducen los márgenes. En cualquier caso, se reducirá el empleo y la producción. Según nuestros cálculos (véase http://www.eco.uc3m.es/kueli/res/vatesp.pdf) la subida del IVA nos va a costar unas cinco décimas de crecimiento anual del PIB.

Sabemos que es una medida regresiva, que afectará más a los pobres que a los ricos. La mayor parte del aumento de la carga fiscal recaerá sobre los pobres, los mayores y los pensionistas. Se debe a que en el consumo supone la mayoría del gasto de esos colectivos. El impacto recaudatorio será menor de lo esperado por tres razones: las bases del IVA se reducen cuando aumentan los tipos, las bases de los restantes impuestos -IRPF, sociedades y cotizaciones sociales- también se reducen como consecuencia de los efectos recesivos del impuesto y la subida del IVA hará que aumente el tamaño de la economía sumergida.

La subida del IVA no va a mejorar la competitividad exterior de la economía española. El IVA es desgravable en aduanas, por lo que su impacto directo sobre los precios no debería afectar a nuestro tipo de cambio real. Pero seguro que no contribuirá a bajar nuestros precios con relación a los de nuestros socios comerciales, que es lo que necesitamos para que mejore nuestra competitividad exterior.