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Los 5 pilares para un desarrollo positivo… ¡una vida feliz!

22/11/2024

Publicado en

Diario de Navarra y El Norte de Castilla

Pablo Tabuenca, Paola Alexandria Pinto de Magalhaes, Alfonso Osorio, Maider Belintxon, Ana Ibero, Irene Benko y Amaya Saiz |

Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra


 

¿Estamos impidiendo que los niños y las niñas ejerzan su propia identidad? ¿Se está respetando su proceso de desarrollo, sus tiempos para el juego, su necesidad de fantasía, de imaginación, su derecho a ser niño en esta sociedad de la prisa? ¿Les estamos robando la infancia?

El Search Institute señala que un desarrollo positivo se centra en el bienestar del niño1 y tiene como objetivo potenciar sus capacidades y fortalezas. Para que esto suceda necesita de unos recursos personales, familiares, sociales, escolares y comunitarios que le proporcionen el apoyo y las experiencias necesarias para un desarrollo positivo. La promoción de esos recursos va a facilitar que los niños y jóvenes tomen mejores decisiones, eviten comportamientos de riesgo y tengan una vida próspera..

Activos personales:
En los primeros años de vida el fortalecimiento de la autoestima y el desarrollo de un propósito de vida del niño dependen enormemente de padres2 y educadores. Conviene que tengan, sobre el niño, expectativas elevadas pero realistas, adaptadas a las posibilidades y temperamento del niño y huyendo de preferencias o intereses del propio adulto. Los niños tienen que ser conscientes de su valor intrínseco como seres humanos, y de que sus defectos no les definen. Para ello, los padres y educadores deben abrazar esos defectos y trasladar confianza. 

Los expertos señalan que el desarrollo de un propósito en la vida desde una edad temprana promueve una identidad propia positiva. El sentido de vida podría dividirse en tres aspectos distintos: el tener un objetivo a largo plazo; el compromiso relacionado con esa meta; y la trascendencia social positiva del objetivo. Los estudios reflejan que la familia es un recurso crucial para el desarrollo de ese propósito hasta la adolescencia media. Los jóvenes con un propósito de vida más definido han crecido en hogares que desde pequeños les han demostrado amor de manera incondicional, han fomentado su autonomía y les han animado a tener nuevas experiencias positivas. Por último, estudios recientes recalcan la importancia de favorecer el contacto de los niños con la naturaleza. Esto permite que adquiera mayor sensibilidad hacia su pequeñez y la existencia de un mundo fuera de ellos.

Activos familiares:
La familia es el primer contexto en el que se desarrollan las primeras relaciones afectivas y donde los hijos aprenden a respetar y a establecer relaciones positivas de amor y respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Los estudios señalan que un funcionamiento familiar saludable está asociado con la felicidad de los niños y jóvenes.

Para que se establezca un funcionamiento familiar saludable es fundamental que los padres mantengan una comunicación cercana y afectiva con sus hijos. Todos los miembros de la familia se tienen que escuchar con respeto y comprensión y deben compartir conjuntamente experiencias y sentimientos. Para ello, es necesaria una escucha atenta, evitando comentarios juiciosos, validando los sentimientos y necesidades de los demás. Esto fortalece los vínculos emocionales entre los miembros de la familia y contribuye a un mayor bienestar. La familia debe ser un espacio seguro en el que los niños y niñas puedan sentirse comprendidos y puedan expresarse sin temor. Los padres deben decir a los hijos lo que no han hecho bien, pero centrándose en la acción realizada, y no en quien la realiza.

Finalmente, la implementación de límites claros y el equilibrio entre el control y la libertad permiten que los niños y jóvenes desarrollen autonomía y responsabilidad..

Activos sociales:
Los niños y jóvenes necesitan estar expuestos desde pequeños a relaciones significativas en la familia, colegio, vecindario, etc. Esto facilitará que los niños aprendan a establecer relaciones significativas entre sus iguales y con los adultos dentro y fuera de la familia. A través de estas relaciones positivas, los niños van descubriendo quiénes son y aprenden a participar y a contribuir al mundo que les rodea.

En lo que se refiere a las relaciones entre pares, el Search Institute propone cinco características clave para el establecimiento de relaciones positivas: 1) expresarse afecto,  2) animar a los amigos a hacer cosas que realmente les gustan y son buenas para ellos; 3) ser un apoyo, siendo un amigo confidente y que escucha; 4) compartir el poder, dando cohesión al grupo de amigos y evitando que nadie se quede excluido; y 5) ampliar las posibilidades: conectar a los amigos con otros amigos y/o adultos que pueden ser de ayuda o que les permitan aprender cosas nuevas.

Activos escolares:
El colegio es uno de los contextos más importantes en el desarrollo del niño. Además de garantizar una formación académica, tiene que ser un contexto que promueva un desarrollo positivo.

Los estudios señalan que un clima escolar positivo favorece el bienestar integral de los niños y jóvenes, mejora los resultados académicos, facilita que se presenten menores niveles de estrés, soledad, ansiedad y depresión y reduce el consumo de sustancias y los comportamientos agresivos. Un clima positivo requiere que un colegio esté comprometido con la excelencia académica y permita que se establezcan relaciones positivas entre el profesorado y el niño, y entre este último y sus iguales. Además, el colegio tiene que ser un contexto seguro para el niño a nivel físico, social, emocional y cognitivo. Todos estos factores facilitan que el niño se sienta conectado y parte del colegio. El sentimiento de pertenencia al centro sin duda influye en su desarrollo positivo.

Activos comunitarios:
Los niños se desarrollan en una comunidad conformada por el vecindario y por las personas con las que comparten actividades recreativas, lo que influye favorablemente en su desarrollo positivo. En este entorno, los niños disfrutan de distintos tipos de ocio, el ocio estructurado desempeña un papel fundamental ya que brinda actividades que promueven habilidades sociales, disciplina y autoestima. Los niños se sienten valorados y conectados. A través de estas actividades, los niños asumen un rol activo que fortalece su identidad y compromiso social. Estas experiencias son cruciales para formar una ciudadanía activa y comprometida, y ayuda a los niños a crecer felices y a construir relaciones significativas que enriquecen tanto su vida como la de la comunidad.

1 Cuando utilizamos el término de niño hacemos referencia a los niños y las niñas.

2 Cuando utilizamos el término de padres nos referimos también a padres y madres