David Soler Crespo, Asistente de investigación del Navarra Center for International Development del Instituto Cultura y Sociedad
Cuando no entender el prospecto puede matar a tu hijo
En África Subsahariana aún hay niños que mueren por la falta de información médica. Sus familias no conocen los tratamientos por no hablar el idioma de la etnia predominante.
Lea las instrucciones de este medicamento y consulte al farmacéutico. Pero, ¿qué haces si no entiendes las instrucciones? O peor, ¿si no conoces esas instrucciones ni entiendes al farmacéutico? En África Subsahariana coexisten miles de idiomas y etnias. La diversidad es abundante, aunque peligrosa para quien vive en una región donde su lengua no es similar a la predominante. La tasa de mortalidad infantil es mayor entre aquellos de una etnia distinta de la de sus vecinos y aquellos que sobreviven crecen atrofiados.
En Malí, un país de menos de 18 millones de habitantes, se hablan hasta 68 idiomas diferentes, según la base de datos Ethnologue. Una de las más habladas es el tamasheq. Mariam y Anita son amigas desde la infancia y nativas de esta lengua, pero se enfrentan a realidades completamente distintas. Mariam comparte idioma con sus vecinos, mientras que Anita vive en una zona donde predomina el songhaykoyrachiini, por lo que no entiende el prospecto. Hablan la misma lengua, pero los hijos de Anita tienen más probabilidad de morir que los de Mariam.
Los que más padecen estos efectos son las familias que nunca se han movido de su aldea. No estamos hablando de extranjeros, sino de aquellos que no conocen otra realidad ni se han podido informar en otro lugar. Los que más sufren son los habitantes locales que se sienten extranjeros en su propia casa.
La diarrea mata cada año a casi dos millones de niños menores de cinco años. Una de las causas más directas que esta conlleva es la deshidratación. Las sales de rehidratación oral se han mostrado como uno de los métodos más baratos y efectivos para salvar a niños que no pueden contar con infraestructuras sanitarias adecuadas en su país. Sin embargo, hay muchos que no las conocen. La investigación The Health Costs of Ethnic Distance: Evidence from Sub-Saharan Africa, liderada por el investigador del Navarra Center for International Development (NCID) Joseph Gomes, calcula los efectos en la salud de ser de una familia étnica distinta de la predominante en su región.
La distancia étnica también tiene efectos en el crecimiento de los que sobreviven: la falta de información sobre hábitos alimentarios que genera malnutrición y la diarrea que causa deshidratación dificultan el crecimiento y provocan atrofia en los niños, quienes crecen con una altura menor que la media para su edad.
Uno de cada nueve niños en África subsahariana muere antes de llegar a los cinco años. Muchas vidas se pueden salvar de una manera fácil: asegurándose de que la información llegue a todo el mundo. Las políticas públicas deben cubrir toda la población y no dejar desamparadas sin información médica vital a las minorías étnicas. Ni un solo niño más debería morir por no hablar el mismo idioma que sus vecinos.