Inmaculada Jiménez Caballero, Escuela de Arquitectura, Universidad de Navarra
Vivienda y sostenibilidad
En la ciudad de Londres, alborotada por las grúas de las nuevas construcciones y las rehabilitaciones que preparan los juegos olímpicos de 2012, se ha celebrado el congreso "Vivienda y sostenibilidad".
El tema, con un enfoque multidisciplinar, ha reunido a sociólogos, estudiosos de cuestiones legales y técnicas, arquitectos, urbanistas, miembros de ONG y de laboratorios de ideas (think tanks) que han presentado las conclusiones de sus estudios. Acudían también empresas de servicios subsidiarios vinculados a la vivienda (facilities management). Participantes de numerosos países han presentado sus ponencias y los debates han planteado cuestiones esenciales para definir el marco de la vida individual y en sociedad en este momento de encrucijada para la civilización occidental. Coincidiendo con el congreso, en la Architectural Association, el profesor Pier Vitorio Aurelli, considerado vanguardia teórica de la arquitectura, presentaba su libro The Possibility of an Absolute Architecture aludiendo a los clásicos y exponiendo su impresión sobre la arquitectura contemporánea, que hace tiempo que ha dejado de ser el envoltorio de una idea para convertirse en una forma vacía.
Es una evidencia que en el discurso intelectual comienza a hacerse hueco y tomar valor la idea de tradición en su sentido de memoria e identidad, comprobado lo inútil de pertenecer a una generación, que como dice Fernando Pessoa, ha perdido el respeto al pasado y la esperanza en el futuro.
También es claro que en los foros de reflexión, la sostenibilidad es la idea clave y supone una cuestión de rentabilidad social medida en términos económicos, a la vez que de eficiencia en la gestión de recursos materiales y humanos.
Hablar de sostenibilidad no es solo hablar de materiales ecológicos, de consumo racional de agua, de energías limpias o renovables, de gestión de residuos; sostenibilidad es sinónimo de responsabilidad social, de conciliación, de espacios arquitectónicos y urbanos que proporcionen calidad de vida y, de bienestar (welfare). El welfare es el concepto que va a priorizar todas las actuaciones en las sociedades desarrolladas. A partir de ahora, los sistemas de evaluación coste-beneficio incorporarán elementos que van más allá de los simplemente económicos o productivos.
Las megalópolis y sus problemas, las políticas de vivienda, el diseño urbano y sus normativas, los planes de desarrollo, las estrategias de infraestructuras, y cualquier otro elemento de la vida en sociedad deben ser abordados bajo este concepto de sostenibilidad. El ecologismo, la alimentación "bio", las energías limpias o la educación en valores medioambientales son imprescindibles, pero son cuestiones periféricas de una acción más profunda.
La escala territorial de una comunidad como la nuestra, el porcentaje relativo de las instituciones universitarias y el carácter marcadamente innovador de los sectores de actividad nos proporcionan unas condiciones excepcionales para implementar una acción sostenible así entendida. La sostenibilidad es el vehículo de la innovación y proporciona a las empresas un beneficio creciente.
Navarra, modelo de progreso en el sector constructivo, puede encabezar la aplicación de este valor cuyos beneficios y consecuencias se han debatido en Londres.