Onésimo Díaz, Investigador de la Universidad de Navarra
El hombre clave de nuestra Transición
Tras la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, se instauró la monarquía de Juan Carlos I. El rey designó a Adolfo Suárez presidente del Gobierno con la idea de modelar democráticamente el futuro político de España. El nuevo Gobierno presentó un proyecto de Ley de Reforma Política, aprobado por el pueblo español en referéndum nacional a finales de 1976. De este modo, el presidente del Gobierno impulsó de manera decisiva el desmantelamiento del andamiaje institucional del franquismo.
En las primeras elecciones, celebradas el 15 de junio de 1977, venció la coalición liderada por el presidente Suárez, la Unión del Centro Democrático (UCD), seguida del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), encabezado por Felipe González.
Una vez aprobada la Constitución de 1978, votada mayoritariamente por los ciudadanos, y superada la Transición de manera pacífica, el primer presidente constitucional de la democracia, Suárez, prosiguió en la tarea emprendida de levantar el edificio del sistema democrático. En las elecciones generales de 1979, la UCD volvió a obtener la victoria y el PSOE quedó en segundo lugar. En 1980, la crisis económica condenó al paro a miles de trabajadores, ETA asesinó a un centenar de personas y el presidente del Gobierno se sentía cansado y desanimado ante estos y otros problemas graves. Suárez propuso traspasar la jefatura del Gobierno al vicepresidente Leopoldo Calvo-Sotelo.
El 23 de febrero de 1981, en plena sesión de investidura, tuvo lugar un golpe de estado en el palacio del Congreso. Los diputados sufrieron horas de angustia durante el secuestro a manos de un grupo de guardias civiles dirigidos por el teniente coronel Antonio Tejero, que ya había intentado otro golpe en 1978. En Valencia, el capitán general Jaime Milans del Bosch ordenó sacar los carros de combate a las calles. Todo parece apuntar a que los golpistas, dirigidos por el general Alfonso Armada (antiguo preceptor del rey), pretendían imponer un gobierno autoritario de unidad nacional, dirigido por un militar. El golpe fracasó. La democracia española salió fortalecida de este suceso cuando miles de ciudadanos salieron a la calle días después, pidiendo libertad y democracia. Durante el breve Gobierno de Calvo-Sotelo, España se incorporó a la OTAN en mayo de 1982 con la oposición del PSOE y del PCE.
Sin duda, Adolfo Suárez se convirtió en el hombre clave de la Transición, tal como ha puesto de relieve el libro de Juan Francisco Fuentes, titulado Adolfo Suárez. Biografía política' (Barcelona, 2011). Ahora que ya no se encuentra entre nosotros, no está de más analizar la obra de Suárez en el marco de la historia de España del siglo XX y de este modo, se podría concluir que fue uno de los grandes políticos españoles del siglo XX.