Rafael María Hernández Urigüen,, profesor en ISSA y la Escuela de Ingenieros - Tecnun
22N: No estáis solas
Tres días después de la multitudinaria manifestación en Madrid bajo el lema "Cada vida importa", pienso que el acontecimiento marca un antes y un después en el empeño por conseguir argumentar ante los responsables públicos que ya no se puede retrasar más la reforma legal que proteja al ser humano concebido en cualquiera de sus fases.
Además de la variedad de edades que podían observarse entre los miles de participantes, y los gritos a favor de la vida y la maternidad, el clamor del testimonio concreto me pareció el punto fuerte argumental, tanto por las numerosas familias que declararon directamente ante los medios su experiencia ante embarazos complicados que procuraron llevar hasta el final con esfuerzo, sacrificio, dolor al perder a la criatura a pesar de los esfuerzos, alegría mientras mostraban a las cámaras al niño prematuro que había salido adelante… Sus palabras denotaban autenticidad acompañadas de los rostros sonrientes o compungidos por el llanto que evocaba al hijo que no llegó a ver la luz o el que fallecía un tiempo después, a pesar de los esfuerzos por sacarlo adelante.
También las siete mujeres que desde el estrado ofrecían testimonios de las presiones que habían padecido para abortar, o el vacío desde su entorno familiar, laboral o amistades cuando decidían seguir adelante con su embarazo, con su frase conclusiva: "me encontré sola" resultaron convincentes respecto a la situación real de la mujer en la subcultura del aborto. Sus rostros y el tono de sus palabras mostraron quiénes son "las otras víctimas" en el marco de una legislación despenalizadora del aborto que deja desprotegido tanto al embrión humano como a su madre.
Finalmente, llenaba de esperanza el clamor de la muchedumbre que como respuesta al: "me encontré sola" o "me dejaron sola" coreaban con fuerza y autenticidad: "¡No estás sola!".
Precisamente esa misma semana durante las clases de ética en San Sebastián una alumna voluntaria de Cáritas que ha acompañado a mujeres embarazadas con problemas, ayudándoles a seguir adelante en sus embarazos, describía con casos concretos la soledad de estas chicas y las tremendas presiones que experimentan empujándolas a abortar. La alumna les acompaña y ayuda desde Cáritas pero protestaba ante sus compañeros de curso porque no existe apoyo público a las jóvenes desde las instituciones; solamente las asociaciones pro vida de iniciativa social, o las instituciones religiosas mantienen redes, centros de acogida que acompañan a las mujeres-madres con problemas.
El clamor social que desde el 22N grita a la opinión pública: "cada vida importa" y a toda madre en dificultades: "No estás sola" puede suponer un cambio de ciclo si la clase política corrige su sordera.
Las palabras de Benigno Blanco dirigidas al actual Ejecutivo resultaron nítidas y estaban avaladas por la argumentación testimonial a la que acabo de referirme: "Gracias a vosotros, quizá el presidente reconsidere su decisión. Gracias a vosotros, muchas mujeres sabrán que no están solas, que nos tienen a su disposición para rehuir la tentación de abortar. Gracias a vosotros, millones de personas sabrán que no hay que desanimarse y la sociedad española no se acostumbrará al aborto ni se extenderá un velo de silencio sobre miles de inocentes muertos".
En la manifestación del 22N, si se repasan las galerías de imágenes, resulta manifiesta la abundante presencia de jóvenes. Desde San Sebastián, un buen grupo de estudiantes universitarios ocuparon plaza en algunos autobuses que partían, a las cinco de la mañana, para llegar a tiempo a Madrid. El madrugón de quienes están acostumbrados a trasnochar cada fin de semana es, sin duda, una prueba de autenticidad… Constituyen un signo de esperanza para evitar el acostumbramiento a esa práctica abortista macabra, que lidera la actual subcultura de la muerte, y un apoyo solidario a las mujeres que se encuentran solas cuando no saben qué hacer con la criatura que llevan en sus entrañas. Estamos a tiempo para seguir cultivando en las aulas el amor a toda vida humana y la actitud solidaria hacia toda mujer madre que encuentre obstáculos para aceptar su maternidad.