Joaquín Torres, Profesor del departamento de Construcción, Instalaciones y Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra
Transformar nuestro mundo gota a gota
En el año 2000 los líderes mundiales se comprometieron a lograr ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015 en el ámbito de la salud, la educación o en la lucha contra la pobreza. Se pusieron en marcha algunas medidas, pero hoy, 24 de octubre de 2017, el mundo sigue aspirando a las mismas metas inalcanzadas.
Quizás lo más alentador es que el camino emprendido con ese hito ha tenido continuidad. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y las 169 metas que se adoptaron en la Asamblea General de la ONU a finales de verano de 2015 demuestran la magnitud de esta ambiciosa nueva agenda universal. Con estos se pretenden retomar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y hacer realidad los derechos humanos de todas las personas, alcanzar la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Los objetivos y las metas son de carácter integrado e indivisible y conjugan además las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental.
La Declaración de la ONU de Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible presenta medidas a nivel nacional, regional y mundial, pero olvida -por no tener competencia sobre ella- la dimensión más importante: la personal.
El mismo documento es consciente de esto cuando afirma que “en nuestro viaje nos acompañarán los gobiernos, así como los parlamentos, el sistema de las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales, las autoridades locales, los pueblos indígenas, la sociedad civil, las empresas y el sector privado, la comunidad científica y académica, y toda la población” (punto 52 de la Declaración).
Solo con la implicación personal de todos es posible erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad. L. B Johnson afirmaba que no hay problema que no podamos solventar juntos, y muy pocos que podamos solventar solos. Pero eso supone poner nuestro granito de arena junto a los demás.
Si no podemos transformar el mundo entero, empecemos por transformar lo que sí está en nuestra mano, y con los medios y talentos que tenemos a nuestro alcance; tratemos de transformar lo inmediato, lo que nos incumbe. Para ello hay que dejarse interpelar por lo que nos rodea.
Un buen ejemplo de cómo es posible trabajar en la escala inmediata es TANTAKA. Tantaka es el Banco de Tiempo Solidario de la Universidad de Navarra. Tiene el objetivo de poner tiempo -algo que todos tenemos y todos consideramos valioso- a disposición de las organizaciones que se dedican a cubrir las necesidades sociales que se presentan en Navarra. Actualmente, son más de 105 las organizaciones con las que se está colaborando y más de 112 proyectos los que se están siendo atendidos -entre ellos los de Tantaka-Arquitectura-, donde un voluntariado profesional se pone al servicio de las organizaciones de ayuda social.
La Asamblea General de las Naciones Unidas instituyó en 1972 el 24 de octubre como Día Mundial de Información sobre el Desarrollo para concienciar a la opinión pública mundial sobre los problemas y las necesidades de desarrollo. La mejora de la difusión de la información y la movilización de la opinión pública, especialmente de la juventud, es un factor importante para lograr un mejor conocimiento de los problemas. Y es el primer paso para, desde un conocimiento real, involucrarse efectivamente por un mundo mejor, en la medida en la que cada uno sea capaz.
En el mundo interconectado de hoy, las tecnologías de la información y las comunicaciones constituyen plataformas valiosas para la difusión de la información y, más aún, tienen el potencial de brindar nuevas soluciones a los problemas del desarrollo. No vale con vernos ajenos a estos problemas, considerándolos asuntos lejanos, pues somos parte necesaria de la solución y está en nuestra mano compartirlo.