Manuel Ferrer Regales , Catedrático emérito , Universidad de Navarra
Pamplona: arquitectura y urbanismo
La lectura de las afirmaciones vertidas en DN por parte del Sr. García Barberena, presidente del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, el 10 de enero pasado, me conduce a matizar algunas de ellas. Concluyo que en sus afirmaciones ha primado un punto de vista arquitectónico sobre el urbanístico.
Por un lado, parece insuficiente afirmar que el Casco Antiguo posee "un poco de entidad" citando tan sólo la rehabilitación del Palacio del Condestable o la presencia de un hotel en la plaza del Consejo. También llama la atención que no se hace ninguna referencia a la originalidad y atractivo de los tres burgos que lo conforman ni al notable proceso de rehabilitación que ha logrado recuperar un número importante de edificios del XIX, algunos de tanto valor como los del frente septentrional de la Plaza del Castillo -uno bellísimo del siglo XVIII- o algunos Palacios que salpican el CA. No hay un CA que tenga un entorno y una perspectiva tan hermosos como la que se asoma hacia el río Arga, a lo que se añade la excelente conexión del CA con el Ensanche a través de la Plaza del Castillo. El entrevistado parece olvidar el papel de la Ciudadela que funciona como un hito arquitectónico de finalidad plural y único en el contexto de la ciudad española, así como la presencia de un Baluarte en diálogo inteligente con la muralla falsa de la Avenida del Ejército y un subterráneo afortunado con la inclusión de la nueva estación de autobuses. Por su parte, el I Ensanche alberga edificios de gran valor, como el entrevistado reconoce, de la misma manera que el II Ensanche (en su primera fase, esto es, hasta la Avenida de la Baja Navarra) contiene edificios acertados, de los que algunos desaparecieron en los años sesenta.
El valor arquitectónico y urbanístico de una ciudad debería ser juzgado, en mi opinión, no solo en base a los edificios "estrella", sino también por los conjuntos de edificios, ya sean iguales, similares o diversos y que configuran un barrio, un subbarrio o un área determinada. Pienso en los barrios de reciente construcción en la margen derecha del Arga, en el barrio de Mendebaldea, o en el entorno del Parque de Yamaguchi, que admira también por la corona de edificios muy diferenciada.
No comparto la crítica a "los adosados colocados en pastillas en los pueblos", ya que reflejan una singular armonización entre lo viejo heredado y lo renovado o rehabilitado, habiendo sido creadas adecuadas urbanizaciones existentes en su entorno, muy distintas entre sí. Subrayo la creación del larguísimo paseo que bordea el río, la calidad de la renovación urbana en la margen derecha del Arga y los campus universitarios, que provocan admiración en los extranjeros que los visitan. Por último, el cuidado del mobiliario y ajardinado contribuye a realzar esta impresión.
En conclusión: Pamplona es la ciudad -en el contexto de las cuatro capitales vasconavarras- más cualificada, al menos si se tiene en cuenta la variedad de sus paisajes urbanos, el equilibrio existente entre el centro y la periferia, y la expansión armoniosa de arquitecturas urbanísticas en torno a antiguos asentamientos de su periferia.