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Javier Zamora, profesor del IESE de la Universidad de Navarra

¡'Perpetuum mobile'!

Desde la presentación del iPhone, en febrero del 2007, la industria del móvil ha vivido una auténtica revolución. El teléfono móvil ya no es lo que era entonces. Hoy es sinónimo de internet. La lucha está ahora en qué compañías controlarán la entrada a internet

mar, 25 feb 2014 12:52:00 +0000 Publicado en El Periódico de Catalunya

Si el famoso escalador austriaco Heinrich Harrer hubiera pasado los Siete años en el Tíbet del 2007 al 2014, regresaría a Barcelona justo para el Mobile World Congress (MWC) y para descubrir que otra revolución había ocurrido durante su ausencia: la de la industria móvil.

Y es que a su partida, en febrero del 2007, era la segunda vez que Barcelona acogía el mayor evento mundial sobre la comunicación móvil. En aquel momento, las operadoras de telecomunicaciones lideraban claramente la industria. Por una parte, eran las únicas que mantenían una relación directa con los clientes, a través de las facturas telefónicas. Por otra, decidían qué teléfonos podían estos utilizar en sus redes. Teléfonos que las operadoras subvencionaban, a cambio de contratos de permanencia con un mínimo de 18 meses.

De la multitud de fabricantes de teléfonos de entonces, Nokia era el líder indiscutible. Mientras, la BlackBerry, en el nicho de teléfonos inteligentes para empresas, creaba adicción entre los directivos de medio mundo. Y es que el 2007 supuso un gran hito para la telefonía móvil, ya que se alcanzó la cifra de 3.000 millones de teléfonos en el mundo, lo equivalente a la mitad de la población mundial de ese año. El ritmo de penetración era exponencial. Sin embargo, la inmensa mayoría de estos terminales eran teléfonos de gama media y baja, que se usaban casi exclusivamente para llamadas de voz y SMS. Los teléfonos inteligentes constituían una pequeña fracción del mercado. Algunos de estos podían conectarse a internet, pero la experiencia de uso no era muy satisfactoria ya que por entonces, los navegadores de los móviles no podían mostrar el mismo tipo de páginas web que cuando accedíamos desde un PC.

Sin embargo, un mes antes de aquel segundo Mobile World Congress en Barcelona, el 9 de febrero del 2007 ocurría, a 9.500 kilómetros de distancia, algo que iba a cambiar el futuro de este congreso internacional y, por ende, de la industria móvil. Steve Jobs, el CEO de Apple, presentaba al mundo desde San Francisco un terminal que, usando sus propias palabras, iba a «reinventar el teléfono»: el iPhone. El órdago lanzado por Apple, ponía en duda el statu quo de la industria móvil del momento. Apple anunciaba un teléfono que estaría disponible en el mercado americano en junio del 2007, a un precio sensiblemente superior a cualquier móvil ofrecido y subvencionado por las operadoras, y con unas funcionalidades comparables -en términos de batería, cámara y velocidad de comunicaciones a los teléfonos inteligentes disponibles en ese momento.

De hecho, cuando en enero del 2007 tras el anuncio del iPhone, la cadena CNBC preguntaba al que era entonces el CEO de Microsoft, Steve Ballmer, sobre este, su respuesta fue que «un teléfono de 500 dólares, con plan obligatorio de datos y sin teclado, no podía ser útil para el correo electrónico y, por tanto, carecía de atractivo para los negocios».

¿Dónde falló el análisis? Fundamentalmente, en que el iPhone no era un teléfono para hacer llamadas, que también, sino un dispositivo que era además un iPod y un navegador de internet.
Tres años más tarde, en mayo del 2010, Nokia seguía liderando en EEUU el mercado de los teléfonos inteligentes con el 44% de cuota, seguido de BlackBerry con casi el 20%. Pero Apple había conseguido, en tres años, el 15% de cuota de mercado. Sin embargo, lo más sorprendente no era eso, sino que los iPhones de Apple estaban generando el 40% del tráfico de internet móvil (navegación por internet y apps), frente al 24% que generaban los teléfonos inteligentes de Nokia.
 

El 15% del tráfico mundial de internet circulaba el año pasado por las redes de la telefonía móvil,
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La 'era pos-PC

El iPhone supuso así un punto de inflexión en el acceso a internet, iniciando lo que se denomina la era pos-PC que se consolidó en el 2011, cuando por primera vez se vendieron más teléfonos inteligentes y tabletas que ordenadores de sobremesa y portátiles. En mayo del 2012, el 10% del tráfico mundial de internet circulaba por las redes de telefonía móvil. Un año más tarde, en el 2013, ese porcentaje había subido hasta el 15%. Muchos de esos teléfonos inteligentes y tabletas, cuando entran hoy en los hogares y las oficinas se conectan vía wifi, pero aun así, el acceso a internet a través de navegadores o apps se hace hoy mayoritariamente a través de estos dispositivos móviles.

La era pos-PC ha cambiado radicalmente una industria donde el móvil ya no es un teléfono para llamadas y SMS, sino un ordenador de bolsillo con conexión permanente a internet. El MWC es un reflejo del cambio en la industria, donde gigantes de internet como Google, que no se consideraban parte de la industria en el 2007, dominan con Android la feria.

En el 2010, el entonces CEO de Google, Eric Smidt, anunció en Barcelona que la nueva regla para Google y muchas compañías sería mobile frst. Es decir, que todos los productos y servicios debían ser ideados y desarrollados teniendo en cuenta las posibilidades del móvil. Primero se desarrolla la app móvil y, posteriormente, se adapta una versión como página web. Justo al revés de lo que ocurría con muchas compañías, que primero diseñaban la página web y posteriormente hacían una adaptación a la aplicación móvil. La apuesta de Google estaba clara. Si el acceso a internet era a través del móvil, Google debía apostar fuerte si quería mantener su relevancia. El MWC del 2010 concluía otorgando a Steve Jobs, in absentia, el galardón de persona del año por haber iniciado la revolución del móvil, tres años antes.

Desde entonces, los cambios en la industria se han acelerado. Los protagonistas del 2007 como Nokia y BlackBerry apenas son sombras de las compañías que fueron. La división de móviles de Nokia fue comprada el septiembre pasado por Microsoft, que acaba de estrenar nuevo CEO, Satya Nadella, con el reto principal de liderar la compañía en la era pos-PC. Pero donde Microsoft ya no disfruta de la posición de liderazgo absoluto es en el mercado de ordenadores. En estos últimos años, los lemas del MWC reflejan esta transformación constante: 2011 «Liderando la transformación»; 2012 «Redefiniendo el móvil» y 2013 «El nuevo horizonte del móvil». La edición de este año tiene el lema «Creando lo que viene». Es significativo que Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, sea el conferenciante principal del MWC 2014.

Y es que si tuviéramos que contarle a Heinrich Harrer qué ha pasado durante sus siete años en el Tíbet sin MWC, habría que hablar de que el teléfono móvil no es lo que era en el 2007; que hoy móvil e internet son sinónimos; y que ahora la lucha está en qué compañías controlarán la entrada a internet: Apple, Google, Facebook, o quizá una nueva compañía que algún joven esté creando ahora en algún garaje del mundo. Sea como sea: ¡Perpetuum mobile!