Mercedes Montero, Periodista e historiadora, Universidad de Navarra
`Encontrarás dragones´, una película de la marca Roland Joffé
He visto la película "There be dragons-Encontrarás dragones". Aparte de las grandes ideas (el odio y el perdón, el amor y el dolor) me parece que hay dos asuntos muy concretos que resultan especialmente sensibles para el público: Josemaría Escrivá es uno; la guerra civil, el otro.
Me gusta el cine. No soy una entendida, sólo me considero una simple espectadora. Mi dedicación profesional es la Historia y desde ella quiero llamar la atención sobre tres momentos de la película y una pequeña anécdota del guión.
Como simple espectadora estoy saturada de la guerra civil y el cine hispano. Vaya por delante que toda mi familia estuvo en el bando republicano y esa ha sido la memoria histórica que he respirado. Por eso, me daba pereza ver "Encontrarás dragones"… otra vez la guerra.
Pero me ha gustado. Me ha parecido ni blanco ni negro, sino todo lo contrario. Y ahí van los tres momentos que lo ponen de manifiesto:
El primero es una secuencia que se desarrolla en los últimos estertores de la república. Asalto a un templo madrileño. Josemaría huye llevando consigo al Santísimo. Los alborotadores le siguen hasta el metro y le rodean, amenazantes, mientras llega el convoy. Se salva en el último instante porque el vigilante del vagón se encara con los atacantes. Una vez a salvo, dentro del transporte, el mismo hombre se enfrenta a Josemaría: ese disfraz (la sotana) ya no te va a servir. Es republicano, es anticlerical, probablemente también socialista, comunista o anarquista. Pero es -fundamentalmente y sobre todo- un hombre honrado. La vida real de entonces estuvo llena de este tipo de personas.
El segundo momento es una escena donde ya ha estallado el conflicto civil, aunque se trata todavía de las primeras escaramuzas. Un grupo de milicianos asesina a un cura en la calle sacando todo el odio que llevan dentro. La matanza de curas, monjas, obispos y católicos de a pie por el mero hecho de serlo es un dato objetivo de la guerra civil española. Las bibliotecas están llenas de libros. Solo hace falta leerlos.
El tercer momento es una secuencia donde Josemaría y un amigo huyen de sus perseguidores y entran en un patio de vecinos. Una mujer humilde los mete en su casa y espolea al gandul de su hijo, todavía durmiendo, para que los esconda. Este se resiste (si los encontraban se jugaban todos la vida), pero termina cediendo. Los jóvenes milicianos se envalentonan, el hombre parece acorralado pero se mantiene frío. Le exigen la documentación y… resulta que es un capitán del ejército republicano. Los perseguidores se esfuman. Los perseguidos salen de su agujero. Como otros muchos, el capitán republicano ha caído donde le ha tocado la guerra. No debe estar muy convencido ni de lo uno ni de lo otro. Pero tampoco le apetece que le maten por salvar a nadie. Sin embargo, ante la posibilidad del asesinato seguro de dos personas indefensas, en una situación extrema, el juicio moral de su conciencia es impecable.
Pienso que en "Encontrarás dragones" estamos en el marco de una guerra observando las decisiones morales de las personas concretas. Siempre complejas. Esto es lo que me ha gustado de Roland Joffé y de su acercamiento a la guerra civil.
Y ahora la anécdota. El protagonista, Manolo Torres, aparece leyendo un periódico en un momento determinado. Es El Debate. Mi especialidad es la Historia de la Comunicación. Llegar hasta El Debate supone hilar muy fino en la investigación sobre el contexto histórico de una película. Es algo que marca la diferencia. Los productores podrían haberse dado por satisfechos sacando a Manolo leyendo el ABC. Y no hubiera estado mal. Pero el ABC se hallaba tremendamente escorado a la derecha monárquica más crispada. Manolo Torres no tiene ideología, está en el bando nacional por puro odio a las fuerzas obreras que han acabado con su empresa y la vida de su padre. El Debate, a pesar de la anarquía casi total de aquellos momentos, siempre intentó "templar gaitas". Es creíble que Torres leyera ese diario, pues él no estaba en la guerra por amor a ninguna causa. Es también una manera de reflejar la complejidad interior del personaje.
Me parece que toda la película muestra eso: la complejidad de las decisiones humanas en un contexto muy adverso.
Sobre Josemaría Escrivá solo puedo decir que Charlie Cox no es Josemaría Escrivá… pero podría serlo. A mi modo de ver ese era el reto más grande de la película y se supera con creces.