24/05/2023
Publicado en
The Conversation
Francisco J. Pérez Latre |
Profesor. Director Académico de Posgrados de la Facultad de Comunicación
El 28 de mayo, España tiene una cita con las urnas municipales y autonómicas. En tiempos de “campaña permanente” las campañas apenas se distinguen ya del resto del año. Aunque son una oportunidad de contrastar proyectos y programas, también muestran las “patologías” del panorama político. Escuchar a los ciudadanos podría ser un buen modo de cambiar esa dinámica antes, durante y después de las campañas electorales.
Los partidos políticos viven rodeados de demoscopia y sondeos, pero habitualmente han sido instituciones poco propensas a escuchar. A menudo, inmersos en su “burbuja política”, en lugar de ofrecer soluciones a problemas reales, los partidos crean problemas nuevos.
La participación de los ciudadanos, y no solo de los expertos, en la elaboración de los programas podría ser una vía de mejora de la comunicación electoral.
La escucha y la participación son elementos cruciales de la confianza. A estas alturas, resulta difícil confiar en organizaciones políticas que no se esfuerzan por conocer los puntos de vista de los ciudadanos. Tampoco podremos confiar en organizaciones que se consideran perfectas, no explican sus dificultades y solo dan las noticias cuando son buenas. En cambio, es importante dar un voto de confianza a las que se saben perfectibles, en un estado permanente de mejora y aprendizaje.
La Conferencia sobre el Futuro de Europa, un buen ejemplo
La Conferencia sobre el Futuro de Europa es un ejemplo interesante de otra manera de hacer política: una serie de diálogos dirigidos por los ciudadanos que permitieron a personas de toda Europa compartir sus ideas para configurar un futuro común.
El informe de la Conferencia se entregó a los presidentes de las tres instituciones principales de la Unión Europea en la ceremonia de clausura celebrada en Estrasburgo. El texto final se articuló en torno a 49 propuestas, que comprenden más de 300 medidas basadas principalmente en recomendaciones formuladas por los paneles europeos y nacionales de ciudadanos.
El 2 de diciembre de 2022, los participantes en los paneles europeos y nacionales de ciudadanos se reunieron con las instituciones de la Unión en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Allí se les informó acerca de los progresos realizados en la aplicación de los resultados. Tuvieron la oportunidad de formular preguntas a los representantes de las instituciones y comentar la información recibida.
El Consejo ha dado ya pasos concretos hacia la aplicación de las propuestas para mejorar la vida cotidiana de los ciudadanos en ámbitos como la economía, la justicia social, el empleo, la energía, el cambio climático, el medio ambiente y la salud.
Hacer la comunicación efectiva
La idea de escucha activa se va abriendo paso en las campañas, aunque muy poco a poco. En el pasado, la comunicación de los partidos políticos se preocupaba, sobre todo, de la difusión de mensajes y los canales elegidos para su distribución a través de los medios. Hoy la escucha está en el centro de las acciones necesarias para que la comunicación sea efectiva y mejore la calidad de la gestión. Cuando los políticos escuchan demuestran atención, respeto y objetividad, cualidades que refuerzan la confianza de sus interlocutores.
Resultaría saludable que los partidos, a través de su presencia en los medios durante la noche electoral, sometieran a la crítica de los ciudadanos las promesas electorales que realizaron. La abundancia de comunicación electrónica y virtual en contextos personales y profesionales está acentuando la necesidad de fomentar la escucha cara a cara. Los políticos deben aprender a comunicar en esos contextos que carecen de guión.
Los medios tendrán que poner también más de su parte, facilitando espacios a los electores en su cobertura de las campañas. Hoy mandan las declaraciones de los políticos, que quieren orientar la opinión pública según sus prioridades.
Escuchar para innovar en política
La confianza es un proceso que comienza dentro de las organizaciones políticas y se desborda hacia fuera. A menudo pensamos que la innovación procede solo de la creatividad, la mentalidad “disruptiva”, o el análisis de los contrincantes, que permite estudiar buenas prácticas.
La escucha de los públicos es una fuente poderosa de innovación porque muestra a las organizaciones políticas qué va bien en nuestra casa común, qué puede mejorar y cuáles son las cuestiones clave que destacan en el radar social: una escucha que proporciona datos, pero también ayuda a comprender las emociones y las motivaciones de los públicos.
Uno de los requisitos del cambio es contar con las personas a las que los cambios van a afectar. Si los partidos políticos están atentos, tendrán en los electores auténticos promotores de innovación permanente. A partir de la escucha pueden surgir soluciones para los problemas de gran calado que afronta nuestra sociedad: problemas como el paro juvenil o el envejecimiento demográfico que superan los ciclos electorales y las visiones partidistas, afectando de lleno al bien común.