José Ramón Pin Arboledas, profesor del IESE de la Universidad de Navarra
¿En la senda del crecimiento?
La previsión del Banco de España de un crecimiento en el segundo trimestre del 0,5% del PIB (producto interior bruto) anunciaba una buena EPA (encuesta de población activa) en el segundo trimestre del 2014. El paro bajó en 310.000 personas y se crearon 402.000 empleos. La tasa del desempleo baja al 24,4%. Con el turismo, el crecimiento del tercer trimestre del PIB será del mismo tenor o más. Por eso no es difícil aventurar que, aunque el cuarto trimestre suele ser el menos activo, 2014 arroje un aumento del PIB superior al 1,7%. Antes España necesitaba más del 2% para crear empleo; ahora no. Con cifras inferiores aumenta el trabajo. Es un cambio estructural.
La oposición acusa que son trabajos con sueldos bajos y temporales o a tiempo parcial. Es verdad, pero también lo es que ese tipo de trabajos permite a Alemania mantener tasas de desempleo bajas y crecer. Según la coalición que gobierna allí, para un joven es mejor tener ese tipo de empleo que el paro; es el camino para entrar en otro tipo de trabajos.
Para competir internacionalmente Europa necesita ser flexible con un mercado de trabajo con contratos a tiempo parcial (nos acercamos a la media europea), seguir con un porcentaje de temporales (que bajan) y adecuar los salarios. Este cambio no es sólo un efecto de la reforma laboral, es la adaptación de España a la nueva economía mundial. Las perspectivas del turismo son espectaculares. Se esperan 63 millones de visitantes extranjeros. Es consecuencia de la baja inflación y la contención de salarios, que permiten precios competitivos, junto con la inestabilidad social de nuestros competidores.
Por tanto, si esta EPA es esperanzadora, la del próximo trimestre será igual o mejor. No es aventurado augurar que a final del año el paro se acerque al 22% de la población activa. Menor que al principio de la legislatura.