Ignacio Uría, Profesor de Derecho Canónico
¿Qué táctica sigue la Iglesia?
¿Qué tejido social hay en Cuba?
– Ninguno fuera de las organizaciones del Partido. No hay burguesía, no hay prensa, la gente desconoce a los disidentes. Solo está la Iglesia, que no es como la mexicana ni como la polaca en los años 70, sino que siempre fue débil, incluso antes de la revolución. Pero nadie más que ella puede mediar para el futuro.
¿Han cambiado las cosas con Raúl Castro?
– Sí. Incluso por temperamento es distinto a Fidel. Permite que Cáritas reparta comidas a los hambrientos en ciertas parroquias. Fidel no lo habría admitido: se supone que el Estado debe proveer para todos. Aún así, apenas mil niños van a colegios católicos, y de hecho sólo en unas escuelitas rurales.
¿Cuándo llegará el cambio?
– En mi opinión, cuando se logre la reforma migratoria podremos decir que el cambio va en serio. Eso, y facilitar las inversiones, que fluya la ayuda de los parientes y se reunan y reconcilien las familias. Así, el Estado devolverá a la familia un espacio que usurpó.
¿Cuál es la estrategia de la Iglesia?
– La Iglesia no quiere liberalismo salvaje con la dictadura del mercado, igual que no quiere la dictadura del proletariado. El Papa habla de una «tercera vía», que en realidad es la Doctrina Social de la Iglesia, que admite diversas plasmaciones. Los cubanos, por sí mismos, deben concretar el modelo exacto, sugiere la Iglesia.
¿Qué papel juega el Movimiento Cristiano de Liberación?
– De inspiración cristiana, es el grupo mayor y mejor organizado. Su Proyecto Varela es factible: cambiar la Constitución cubana usando la propia Constitución. Su líder, Oswaldo Payá, es una figura emblemática aunque no tenga el perfil de un político tal como acostumbramos en Europa.
¿Por qué el régimen no ha desmantelado a las Damas de Blanco?
– El cardenal Ortega consiguió que el Estado las tolere cuando van a misa a Santa Rita. Parece seguro que los obispos darán al Papa unos DVD con la historia y el mensaje de las Damas.