27/05/24
Publicado en
Diario de Navarra y Heraldo de Aragón
Gerardo Castillo Ceballos |
Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra
Vivimos en una sociedad centrada en hacer más, tener más, consumir más. El miedo a perdernos algo se ha vuelto estresante. El diccionario de Cambridge lo define así: "Sentimiento de preocupación por la posibilidad de perderse eventos interesantes a los que asistirán otras personas, especialmente causado por cosas vistas en las redes sociales".Orbium, centro para tratamiento de adicciones, sostiene que ese sentimiento responde a "la necesidad irresistible de estar continuamente conectados a Internet y participar de manera activa en las redes por temor a ser excluido y perderse experiencias". El psicólogo Svend Brinkmann, en su libro La alegría de perderse cosas, nos propone recuperar la moderación y el autocontrol para aprender a distinguir entre lo importante y lo trivial. Por ejemplo, dejar de lado las opciones y tentaciones de nuestra sociedad de consumo para conseguir un modo de vida más satisfactorio y una mejor conexión con nosotros mismos y con los demás.
La obra de Svend Brinkmann se inserta en la contracultura de "menos es más" (less is more), un término atribuido al arquitecto Mies Van der Rohe, aunque hoy en día se usa genéricamente en el mundo de las artes y el diseño. Se trata de uno de los lemas del estilo o movimiento artístico conocido como minmalismo.
El minimalismo pretende reducir las obras a lo esencial, lo que, aplicado por ejemplo a nuestra vida diaria, significa reducir al máximo el uso y consumo de bienes materiales. Para reducir algo a lo sustancial es preciso despojarlo de elementos accesorios o sobrantes. Un buen símil de ese proceso es desfoliar una alcachofa. El corazón de la alcachofa es la parte más valorada y apreciada de esta planta. Se trata del centro de la inflorescencia, la parte más carnosa y tierna de la alcachofa que se encuentra en el interior de las hojas. Se obtiene al quitar las hojas exteriores dejando al descubierto el corazón suave y delicioso.
El minimalismo va más allá de tener o no cosas materiales. Se trata de un estilo de vida que invita a vivir con aquello que es verdaderamente necesario. Al eliminar las cosas innecesarias del día a día, se suprimen los excesos y se pasa a vivir de manera sencilla y tranquila, centrada en lo que de verdad importa. El minimalismo existencial es la aplicación del minimalismo en todos los aspectos de la vida diaria, desde los productos que consumimos, a las relaciones personales. Una persona minimalista es contraria al consumismo descontrolado y está a favor de un desarrollo más sostenible.
Asimismo, un sistema educativo basado en "menos es más," reduce el exceso de reglas de comportamiento. Cumplir todas es imposible; es más realista tener menos, porque facilita su cumplimiento. Esto es aplicable también al exceso de temas o lecciones de una asignatura. Es preferible profundizar en algunas cuestiones que tener una visión superficial de todas. Beatriz Sánchez, periodista y política, explica cómo leer un libro de forma minimalista: "Leer más no siempre es mejor. Y te lo dice la loca que ha hecho formaciones online para leer tres libros de diferente género literario en una semana. Mi foco estaba totalmente disperso y mi mente llena. La estaba dañando y no podía disfrutar igual que enfocándome en un solo libro. Reduje, afortunadamente, mis lecturas". Bruce Lee sostiene que la simplicidad voluntaria es la clave de la brillantez. Vivir con menos para hacerlo mejor. Implica establecer unas prioridades y eliminar lo no esencial. Con otras palabras: identifica lo esencial y destierra lo demás. Para Marie Kondo, "vivir con menos" es un arte que se puede aprender: "Si sientes que tu vida es un desastre, que no llegas a todo y que no tienes paz, quizá la solución empiece por ordenar tu armario, o por deshacerte de las pertenencias que te quitan espacio y tranquilidad". Marie ha inventado el método KonMari, que es tendencia en las redes sociales. En uno de los episodios de su serie en Netflix, enseña a un matrimonio con dos hijos pequeños a controlar el estrés clasificando su ropa y desechando lo que no necesitan.