27/10/2022
Publicado en
José Antonio Doral García |
Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Navarra
Este año la Universidad de Navarra conmemora el aniversario de los 70 años transcurridos en su historia académica. En las mismas fechas Navarra aplaude los 40 años sobre su régimen jurídico, actualizado en la Ley Orgánica de Reintegración con la firma del proyecto pactado. Especialmente entre los años 60 y 70 un gran jurista, a quien ahora me refiero, José María Castán Vázquez (Valencia, 1923 – Madrid, 2017), participó en la divulgación de lo que se conmemora en la doble vertiente. Lo recuerda en un escrito que titula “Notas para la historia del Título Preliminar del Código civil”.
Contiene una información con amplia dimensión histórica que escribió sobre la preparación de los trabajos hasta la publicación del texto articulado del Título Preliminar del Código Civil. El Título Preliminar abarca en principio la materia que regula, mas no toda la materia regulada está presente y se actualiza en sucesivas publicaciones. Ello da lugar a los múltiples informes. Entre los trabajos sobre contingencias y cambios se advierte con detalle la sintonía entre el régimen jurídico establecido para la sociedad española en general y el de la Universidad de Navarra, incluida implícitamente en varios temas.
De José María Castán, autor del escrito referido, “Notas para la historia”, se ha dicho que es “un amigo a quien se quiere bien”. Su empatía revela una personalidad atrayente. Fue amigo de siempre, veraz, sin arrogancia, modesto y bondadoso. Así se guarda en la memoria en España y también fuera de España en América Latina, admirado por muchos discípulos como profesor y literato.
En el mundo universitario, comparación y comunicación jurídica y estilo literario enlazan y se compenetran. En este enlace fue Castán indiscutible maestro. En el libro homenaje a José María Castán, el doctor Pérez Gallardo, profesor titular de Derecho Civil en la Universidad de la Habana, relata en un artículo que lleva por título ”A modo de pórtico”, una brillante memoria de referencia al pasado: “El espíritu que muestra, de abrir puertas subraya el interés de sus lecciones entre las jóvenes generaciones de juristas”.
La expresión referida me mueve a una breve historia vivida en Navarra años atrás, especialmente en la década de los 60 y 70, origen de la colaboración de José María en una ingente tarea todavía hoy de “extrema modernidad”. Me refiero a la indicada crónica “Notas para la historia de la Reforma del Título Preliminar del Código civil”, publicada en 1974, año después de promulgado el Fuero Nuevo.
El hecho de que coincidan en este mismo curso dos importantes eventos que reúnen actividades profesionales y literarias de José María Castán bien merece un comentario. En el fondo, aquella crónica versa sobre cuestiones de historia jurídica en la que relata de manera inteligente y profunda unos momentos históricos protagonizados por grandes juristas que marcaron el rumbo sucesivo en Derecho privado. El entonces presidente de la Comisión General legislativa de Codificación, Antonio Hernández Gil, calificó la culminación de la tarea emprendida con el texto ya publicado del Título Preliminar como “la reforma de mayor entidad e importancia introducida en el Código Civil español desde su promulgación en 1889”. De aquel previsible alcance, José María Castán Vázquez matiza sugerentes aspectos que describe con rasgos claros y precisos en las dos direcciones antes señaladas: El contexto histórico del Fuero Nuevo en los pasos preliminares de la Universidad de Navarra.
En la vida ordinaria sucede que entre cauces jurídicos y espacios académicos discurre la amistad con la estrecha compenetración. Con José María Castán el trato entre amigos consigue además ser prolongado. Fue en su ruta profesional fiscal de Audiencia, letrado del Ministerio de Justicia, secretario de Comisión de Cortes, secretario de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Por su impulso profesional se resumen los títulos en uno solo: “servidor de la Justicia”, que Gabriel García Cantero fijó en sus preguntas y respuestas sobre “¿Cómo homenajear a José María Castán Vázquez?”
El recuerdo de Jose María junta primordialmente sus actuaciones profesionales y aspectos familiares. Una repercusión muy cercana en ambas zonas de su vida ordinaria se centra en la Universidad de Navarra, donde queda impresa su alta medida en todos y cada uno de los sentidos señalados. Destaca Antonio Pau, académico secretario general, en la nota necrológica, que la inspiración principal de José María fue la enseñanza y con ella el estudio, pero como resumen “felicidad, que es otra palabra clave de José María Castán. Siempre amigo, siempre feliz”. Se explica que estas páginas no insistan en una antología tan justificada como sentida, ni en la síntesis ulterior de tan merecido homenaje, al que no pude asistir, por lo demás “inolvidable”. Se limitan a referir algunos rasgos expresivos de su modo de actuar y de ver una panorámica desde la perspectiva universitaria.
Homenaje a José María Castán Tobeñas. De izquierda a derecha, Francisco Salinas Quijada, Jose Javier López Jacoiste, José María Castán Vázquez (hijo), José Antonio Doral, Francisco Säncho Rebullida, Luis Arechederra y Eduardo Valpuesta. |
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De izquierda a derecha, Francisco Salinas Quijada, José María Castán Vázquez, Francisco Sancho Rebullida, Luis Arechederra y José Javier López Jacoiste. |
Ardiente fue, según su propia estimación, la “larga serie de esfuerzos encaminados a la reforma del Derecho”, una larga etapa de trabajo. Realmente fueron tiempos de creatividad del Derecho Civil expuesto como consta en el Archivo del Ministerio de Justicia con las notas y expedientes seleccionados por José María. El modesto estudio ya repetido con el título “Notas para la historia” viene a ser la organización de un libro completo con páginas abiertas a la legalidad de las leyes.
Del mismo modo titula “Notas para la historia de la Biblioteca de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación” (1832 al 2007), con la modestia del eficaz archivero; En la lectura detenida de estas notas históricas se transmiten conclusiones literarias, el buen decir tanto en la forma, redacción, precisa y concreta, como en el contenido, la inteligencia, claridad sistemática, como el talante de un experto comunicador que va transmitiendo una información veraz en todas y cada una de las manifestaciones.
Este rodeo abunda en tan merecido aplauso y motiva el deseo de concentrar la atención en un hecho posterior a sus ocupaciones. Hecho que dejó impreso e iluminado en unos comentarios de Archivo sobre anteproyectos de reformas legislativas. Con anticipo conmemora el acontecimiento de los cuarenta años de la puesta en vigor de la Ley orgánica de Reintegración y Amejoramiento del régimen foral de Navarra.
En el entorno figura el momento estelar de los comienzos de la Universidad, la presencia de personalidades como vocales de las Comisiones, documentos sobre debates jurídicos más señalados. La mayor parte de los años dedicados por José María a la vida académica coinciden con el transcurso de los setenta que ahora conmemora la institución y los que pasó por la Academia de Jurisprudencia y Legislación, de la que fue vicesecretario y bibliotecario. El primer Presidente de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra, José Castán Tobeñas, su padre, marcó la pauta del servicio con tan alto modelo de altura de justicia e interés social , y su hijo, José María, proyectó el estilo paterno. No es fácil exponer en pocas palabras la medida de la obra de Castán Tobeñas en la doble dirección de presidente del Tribunal Supremo y afamado tratadista, que marcó el estilo personal perdurable en la doctrina jurídica más autorizada en los últimos años.
Jose María llevó a cabo la tarea de informar día a día sobre la reforma del Título preliminar del Código civil con ilusión y esfuerzo. Labor que, según su propia declaración, hubo de “interrumpirse y reanudarse a lo largo de décadas”. Como resultado del objetivo final confirma en las repetidas Notas su utilidad. Ofrece allí un conjunto de hechos y datos “que puedan ofrecer una pista para trabajos de más enjundia u ofrecer pequeña aportación a la obra hecha“. Es la generosidad clave del saber y pauta del camino a seguir el oficio del Derecho (ars iuris) con las buenas leyes que se guardan hasta hoy. Legislar mejor el texto y el contenido de las nuevas leyes es un mandato que puede ser impuesto .
De izquierda a derecha, José María Castán, José Antonio Doral y José María Bastero.
Finalmente, se desprende de la lectura detenida de las repetidas “notas” que José María Castán ha sido el primer historiador analista de la actualización del Derecho foral vigente hasta que Navarra se erige en comunidad autónoma, con la clausura del viejo dicho “ por ahora”, y sus menciones precisas señalan puntos decisivos en la ruta oficial de la Universidad simultánea a la promulgación del Fuero Nuevo hasta el Decreto-ley pactado en 1979, entre Cortes y Parlamento con la progresiva actualización o lectura única de las instituciones.
Con la definitiva derogación de la ley paccionada en 1981, las leyes de la familia dejaron de ser dispositivas, y el área de la competencia en materia entra en la baraúnda uniformista. Su defensa teológica y literaria de la verdadera autonomía familiar, la que merece atención por el Derecho, se matiza en sus estudios de Derecho de familia con los temas expresivos de honda meditación en la sólida formación recibida por herencia religiosa y cultural. Figura ya la preocupación entre los importantes temas de trabajo que efectivamente son los que exigen sumo esfuerzo de sucesivas generaciones. Una de sus ponencias más recientes “La regulación histórica del matrimonio en España” (Madrid 2005) viene a ser una reflexión crítica, predominantemente jurídica, de la reforma del Derecho de familia en el Código civil que se hizo en 1981 al amparo de la Constitución de 1978. La crónica de una vida universitaria de una promoción de Derecho (1940-45), Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense 86 (1996) es un trabajo meritorio,
Para terminar, solo caben palabras de particular gratitud para expresar el impulso recibido por su modo de actuar con alegría y libertad, la ayuda afectuosa con mención al “amigo de los amigos”. Entre ellos fueron los primeros profesores, algunos ya antes de iniciar su labor el Estudio General. La etapa fundacional actualiza la historia de la Universidad de Navarra. Las etapas entre actualización de textos y reforma del contenido son contemporáneas (1973-1974). Lo que ahora se evoca y conmemora como expresión histórica es la sintonía, el rumbo de la historia, referida a las modificaciones y mejoras en cada momento histórico, desbrozar lo que estorba.