Angel Baguer, Profesor de Economía y Recursos Humanos en la Escuela de Ingenieros - Tecnun, Universidad de Navarra
Diez errores de la gestión directiva en tiempos de crisis
Aún en épocas de crisis, el éxito de un proyecto de empresa depende del liderazgo de la dirección. No depende del entorno ni de la coyuntura económica, ni de otras cosas que son iguales para todos. El precio del petróleo oscila igual para todos, la inflación afecta a todos, las materias primas escasean para todos, los cambios tecnológicos afectan a todos y las crisis afectan a todos. Los directores que se lamentan constantemente de estas circunstancias son malos jefes al frente de organizaciones de dudosa continuidad.
Los buenos directores son los que saben afrontar los tiempos difíciles. Al igual que los políticos, en tiempos de bonanza hasta los más inútiles prevalecen. En las épocas de vacas gordas los resultados obtenidos encubren la deficiencia de los malos gestores.
Los directores, cuando se ven inmersos en una crisis empresarial deberían plantearse lo siguiente ¿Cuáles son los errores que han provocado la crisis? ¿Qué errores no debo cometer en la crisis?
Antes de una crisis, los errores más frecuentes son:
a) Tener como objetivo las ganancias financieras a corto plazo (alcanzar la riqueza lo antes posible) olvidándose de mejorar la competitividad en producto y mercado a largo plazo.
b) No entender que en la dirección de personas está la clave de todo, ya que los retos que se marque la organización sólo se consiguen si las personas los hacen viables.
¿Y en plena crisis? A continuación se enumeran los diez errores más comunes de la gestión directiva:
1) No reconocer los fallos que han llevado a la crisis. Escudarse en la misma no sirve ni resuelve nada. Hay que hacer autoexamen para aprender de los propios errores. Más que nunca hay que personalizar el liderazgo adaptado a lo que la organización necesita.
2) Querer hacer más cosas de las posibles. El estrés de los directores les conduce, además de la pérdida de la salud, a aceptar más riesgo del normal con clientes y realizar estrategias poco trabajadas.
3) Creer que porque hay crisis la retención del talento está asegurada. Para éste no hay crisis, siempre tendrá ofertas de trabajo y se irá de la organización si no encuentra en ella lo que busca.
4) Reducir o anular la inversión en formación. En la persona capacitada, principal activo de la organización, radica la salida de la crisis y el futuro.
5) Esperar la salida de la crisis creyendo que en el paso del tiempo está la solución.
6) Reducir, eliminando gastos, las fortalezas de la empresa como la calidad, la atención al cliente, la asistencia técnica, la imagen, la flexibilidad, la mejora permanente y la seriedad.
7) Restringir la comunicación. En crisis, se precisa más que nunca. Su falta da lugar a rumores, muchas veces graves, sobre la situación de la empresa y su futuro.
8) Descuidar la motivación. Hay que mejorar los parámetros principales del clima laboral: trato, reconocimiento, delegación, comunicación, carrera profesional y salud laboral. El líder tiene que promover que todos forman parte de una misma sociedad y afrontan el reto de sacar adelante el negocio.
9) Falta de planificación con la excusa de que la crisis absorbe el tiempo. Si un director no tiene tiempo es que no sabe organizarse.
10) Olvidarse, conforme se sale de la crisis, del punto 1.