Antonio Aretxabala, Geólogo, Universidad de Navarra
Fracking: Polución, sisimicidad y otras desgracias
Más del 30% de la población española nos abastecemos de agua de los acuíferos. El Parlamento Europeo sometió ayer a votación dos informes parlamentarios sobre la técnica de la fractura hidráulica, o «fracking», utilizada generalmente para extraer gas a partir del esquisto o pizarra. Primero se revienta el macizo rocoso, se fractura para aumentar su porosidad a base de presión, aditivos, explosiones..., luego todo ese material que contiene metales propios de la tierra, los aditivos y otros cancerígenos pasa a los acuíferos, a las plantas, a los animales y a nosotros, y así se extrae el gas. A pesar del reconocimiento general sobre los peligros de la denominada fractura hidráulica, el Parlamento Europeo no impuso una «moratoria de facto» o contempló asegurar estándares de control y seguridad más elevados para evitar el uso excesivo de esta peligrosa forma de extraer gas, para el medioambiente, para el agua, los animales y las personas.
Esta técnica ya está presente en aproximadamente en el 60% de los pozos de extracción actualmente en uso. El aumento del precio de los combustibles fósiles, ha hecho rentables estos métodos catastróficos, pero algunos países como Gran Bretaña, Alemania o Francia y varios estados de EE.UU. han paralizado este tipo de explotación debido a fundadas sospechas de contaminación, sismiciad inducida y otros efectos secundarios letales en las zonas urbanas e interurbanas. Vacas muertas, cánceres en aumento, más de un 800% de nueva sismicidad, es el adorno del que se rodean estas explotaciones. Sin embargo, cómo no, pues era de esperar a que se manifestase, la NGSA (asociación norteamericana de suministradores de gas natural) afirma que no se ha confirmado ningún caso de contaminación de acuíferos hasta la fecha.
Es necesario reducir las operaciones subterráneas
Pero los geólogos europeos y americanos estamos cada vez más de acuerdo en que la expansión de la producción de gas de esquisto es responsable de una serie de terremotos que han alterado algunas comunidades y llevado a las autoridades de Arkansas, Ohio, Oklahoma y también a las del Reino Unido a cerrar algunas explotaciones de gas natural. La cuestión de ayer en el Europarlamento, era si las violentas operaciones subterráneas causantes del problema deberían ser reducidas o supervisadas; si sería necesario un mayor control para mitigar futuros terremotos, y si los relativamente pequeños podrían tener el potencial de desencadenar otros verdaderamente destructivos. Recordemos que en España se pretende operar con estas técnicas cerca de centrales nucleares.
Al menos uno de los más potentes productores de gas de esquisto ya está hablando de cambios, como la inglesa Cuadrilla Resources, su primer proyecto produjo terremotos el año pasado cerca de la localidad inglesa de Blackpool, ellos mismos lo constataron y lo afirmaron. Otras veces la inyección de los fluidos en las fallas parece ser el origen por lubricación de sismicidad. Con esta técnica la sismicidad inducida tiene dos maneras de producirse: una por las propias inyecciones, fractura hidráulica y explosiones y otra por los bruscos cambios de niveles de agua, tanto por exceso como por defecto.
En Álava y Burgos así como en Cantabria y Palencia o en La Rioja, se están realizando (en varias zonas cercanas a fallas activas conocidas) una serie de prospecciones cuyas conclusiones parecen apuntar a la inminente utilización de estas agresivas técnicas en zonas demasiado cercanas a grandes poblaciones. Además el mutismo es absoluto en Italia después de la polémica sentencia a los científicos de l'Aquila, aunque ya se presentaron en el Europarlamento varios estudios que vincularon los últimos terremotos de Emilia Romaña a estas formas catastróficas de extracción de gas. Nos preguntamos si Pérez-Reverte no se habrá quedado corto cuando ayer afirmó que "Europa está regida por payasos analfabetos que nos sumen en la miseria"; si lo de arriba es verdad, además nos envenenan y nos someten a riesgos innecesarios.