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Paul Nguewa, Director del Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra

Conociendo a la lepra

Marginación, pobreza, infección, contagio. Es fácil encadenar todas estas palabras cuando llega a nuestras manos o a nuestros oídos la lepra. Una de las enfermedades sobre la que hemos oído casi todo y casi nada, al tratarse, en el fondo, de una gran desconocida. 
dom, 29 ene 2017 14:39:00 +0000 Publicado en Diario de Noticias

Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Internacional contra la Lepra y desde el Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra (ISTUN) queremos aportar un poco de claridad a la penumbra que rodea a la lepra y sus enfermos.

La OMS define esta dolencia como una enfermedad crónica causada por un bacilo de multiplicación lenta (Mycobacterium leprae). Tiene un periodo de incubación lento, de unos cinco años, y los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer, por lo que una detección temprana es fundamental. La lepra es curable y pese a lo que se suele pensar, no muy contagiosa, se transmite por gotículas nasales y orales cuando hay un contacto estrecho y frecuente con enfermos no tratados. El número de nuevos casos notificados en el mundo en 2015 fue de 211.973 (2,9 casos por 100 000) frente a los 213.899 de 2014 y los 215.656 de 2013.

En los últimos 20 años se ha tratado a más de 16 millones de enfermos, la tasa de prevalencia ha disminuido un 99% y su morbilidad, es decir, la proporción de personas que enferman por una dolencia en un momento determinado, también ha descendido notablemente. Entonces, se preguntarán algunos, ¿qué más queda por hacer?

A pesar de los grandes avances, esta enfermedad carga con una “milenaria estigmatización” que dificulta que los pacientes acudan a los centros de salud y hospitales cuando detectan sus primeros síntomas. El miedo a la marginación y al rechazo dificulta la lucha contra esta enfermedad. Tal y como señala la OMS, “es imprescindible crear un nuevo entorno en el que los pacientes no duden en buscar atención para obtener un diagnóstico y tratamiento”. El propio origen de la celebración del Día Mundial contra la Lepra surgió en 1954 con la idea precisamente de alejar la imagen negativa que se tenía de los afectados por ella.

La Estrategia Mundial contra la Lepra 2016-2020 tiene como objetivo final disminuir su prevalencia por debajo de un caso por cada 10.000 habitantes. En él se recogen como principales pilares contra su lucha “reforzar la implicación de los gobiernos, la coordinación y las alianzas”, “detener la lepra y sus complicaciones” y “acabar con la discriminación y fomentar la inclusión”. Sin embargo, más allá de los planes globales y supranacionales, la existencia de estas enfermedades y nuestro total o parcial desconocimiento deben llevarnos a plantearnos qué podemos hacer cada uno de nosotros por esas miles de personas y niños que están afectados.

En el ISTUN, nuestra labor se centra la investigación y en la búsqueda de diagnóstico y tratamiento para enfermedades olvidadas o desatendidas pero también estamos convencidos de que parte de nuestro trabajo tiene que ver con sensibilizar sobre la existencia de estas dolencias. Existen millones de afectados en todo el planeta, sin embargo, un mundo mejor es posible, un mundo sin enfermedades olvidadas, o incluso, sin personas desatendidas.