Gerardo Castillo Ceballos,, Profesor emérito de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra
Realizarse: ¿necesidad o esnobismo?
Hoy es frecuente oír estas palabras: "¡quiero realizarme!". Esa expresión suele entenderse de forma muy diversa. Para algunas personas significa evadirse o liberarse de obligaciones con las que no se disfruta; para otras es dejarse llevar por una fuerte admiración hacia lo que está de moda (esnobismo); por último, hay quien lo ve como la satisfacción de una necesidad natural relacionada con el crecimiento personal continuado. Veamos tres ejemplos.
Existen personas que pretenden realizarse fugándose de sus deberes familiares con un hobby absorbente o con un trabajo innecesario. También existen quienes dedican varias horas diarias al gimnasio, a los masajes y a la manicura. No menos reales son los casos de quienes aspiran a realizarse siendo voluntarios en una ONG y/o estudiando una segunda carrera aunque ya estén jubilados.
Solamente la tercera actividad o situación conlleva autoexigencia y autosuperación, dos características esenciales de la realización personal.
Realizar es pasar del proyecto a la realidad. Una persona se realiza cumpliendo el proyecto de su existencia. Ello hace que se acerque cada día más a su plenitud, perfección o excelencia. La realización personal es un proceso por el que una persona intenta conseguir ser todo lo que es en potencia.
Carlos Llano afirma que la excelencia no es un estado en el que alguien se encuentra; no es algo estático, sino una situación dinámica derivada de una continua superación. Esto se concreta en el aumento continuo de la calidad de los propios actos. Lo decisivo en el logro de la excelencia no es hacer muchas cosas, sino hacerlas bien y cada vez mejor.
El proceso de realización personal es posible por la condición libre del hombre, que le permite elegir entre diversas alternativas. Si la libertad del hombre es para usarla, y si el uso que haga de esa libertad le afecta, el hombre se va haciendo a sí mismo a lo largo de la vida. Millán Puelles lo argumenta de este modo: "Somos libres, o sea, no estamos hechos del todo; pero somos, o sea, no todo está por hacer. Pero si no estoy hecho del todo, tengo que terminar de hacerme; quiéralo o no, el hombre es para sí mismo una tarea: la tarea de hacerse a sí mismo hombre".
El Imperativo de Píndaro lo expresa muy bien: "llega a ser el que eres" (llega a ser libremente, con tu actividad esforzada, el que eres de un modo natural). Esto constituye el objeto de la educación: conformación de la libertad humana con las propias exigencias naturales. Realizar, humanizar, educar al hombre es hacerlo fiel a su propio ser. La tarea de hacerse a sí mismo hombre es un proceso de autorrealización.
En su teoría psicológica humanista Carl Rogers explica que la personalidad madura y equilibrada es el resultado del proceso de autorrealización, es decir del proceso de convertirse en persona. Añade que la autorrealización consiste en la apertura hacia la experiencia interna, cuya comprensión e interpretación proporciona el sentido de la vida.
¿Cuál es la diferencia entre la verdadera y la falsa autorrealización?
La falsa realización se plantea como fin en sí misma. Cuando el hombre se fija a sí mismo su propio proyecto de existencia incurre en una autocontemplación narcisista que frena el verdadero desarrollo personal.
Para Viiktor Frankl, "la verdadera autorrealización sólo es el efecto profundo del cumplimiento acabado del sentido de la vida. Sostiene que "la autorrealización por sí misma no puede situarse como meta. No debe considerarse el mundo como simple expresión de uno mismo, ni tampoco como mero instrumento o como un medio para conseguir la ansiada autorrealización. En ambos casos la visión del mundo se convierte en menosprecio del mundo".
Por su parte, Javier Hervada expresa el mismo argumento con estas palabras: "Rota la idea de finalidad, el hombre se queda encerrado en sí mismo, pues el ser sin finalidad no se proyecta en sentido vectorial, sino como en círculo, sobre sí mismo. El hombre se realiza, se perfecciona no a partir de sí mismo y quedándose en sí mismo, sino en la medida en que se une a un bien que le trasciende, que le supera".
¿En qué ámbitos y situaciones se favorece más la auténtica realización personal? Una misma persona se realiza al mismo tiempo en su familia, en su trabajo, en las relaciones de amistad y en el tiempo libre. El ámbito principal es la familia, por la estrecha relación que existe entre persona y familia.