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23 de octubre de 2006

Ciclo de conferencias

LA RECUPERACIÓN DE UN PATRIMONIO: LA CATEDRAL DE TUDELA

Arte medieval en Santa María de Tudela

Dr. Javier Martínez de Aguirre.
Universidad Complutense de Madrid

Sepulcro Villaespesa. Catedral de Tudela

Sepulcro Villaespesa. Catedral de Tudela


En la conferencia “Arte medieval en Santa María de Tudela”, que forma parte del ciclo “La recuperación de un patrimonio: la Catedral de Tudela”, Javier Martínez de Aguirre, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, ha trazado un panorama de las obras medievales que han sido restauradas o puestas en valor gracias a las intervenciones de los últimos años. 
Las excavaciones efectuadas en la mayor parte del templo y en su entorno han proporcionado diferentes hallazgos arqueológicos que permiten una relectura de la planta y de las fases constructivas. En la misma línea, la posibilidad de acceder mediante andamios a lugares antes inalcanzables ha favorecido un mejor conocimiento de los muros y del resto de elementos constructivos. Para completar la información, se ha acometido una revisión pormenorizada de la documentación más antigua (siglos XII y XIII), a partir de la cual es posible contrastar la veracidad de las diferentes propuestas relativas a la fecha de consagración y lo que esta ceremonia significó como evidencia del avance de las obras. 

Santa María de Tudela es un edificio fundamental en el tardorrománico navarro. Se ha comprobado y detallado hasta qué punto sus soluciones arquitectónicas derivan del monasterio de La Oliva y en qué medida su primer arquitecto introdujo novedades adecuadas a la circunstancia de ser una colegiata urbana. Resulta asimismo de gran interés el modo como un arquitecto posterior, el que retomó las obras ya en tiempos de Teobaldo I (hacia 1235), supo adaptar su intervención a lo preexistente, incorporando las soluciones novedosas propias de las grandes catedrales góticas que aplicó en las ventanas de la nave mayor y del transepto, con lo que consiguió la luminosidad tan característica de la seo tudelana.

Factor de gran interés a la hora de entender el desarrollo constructivo de la iglesia lo constituye la presencia de emblemas heráldicos en distintas partes del templo. Figuras y escudos atestiguan la participación en la financiación de las obras tanto de algunas notables familias tudelanas como de la propia monarquía navarra. 

Un tercer período de esplendor se vivió en el entorno de 1400, cuando las capillas de la cabecera y otros ámbitos de la antigua colegiata fueron escogidos como lugar de enterramiento privilegiado. Deanes, canónigos y nobles encargaron retablos y sepulcros, con obras de primera fila en el panorama hispano como la Capilla Villaespesa. La recuperación de la policromía de su sepulcro y del de Sánchez de Oteiza supone un nuevo aliciente para la visita de este templo singular, que se suma a la óptima presentación de los retablos góticos derivada de su restauración a lo largo de diversas campañas.