28 de marzo de 2007
Ciclo de conferencias
LA IMAGEN ESCULTÓRICA EN LA SEMANA SANTA
El Cristo de Lekaroz de Alonso Cano
Dª. Mª Concepción García Gainza.
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
La conferencia trató de las circunstancias que rodearon el envío del Cristo de Alonso Cano de Lekaroz en 1891 y su emplazamiento anterior en el convento benedictino de Monserrate de Madrid, donde lo registran las fuentes del siglo XVIII y su posterior traslado a la Academia con motivo de la desamortización en 1837. El Crucificado fue realizado por Cano en Madrid entre 1656 y 1658 a instancias de la reina doña Mariana de Austria lo que dota a la obra de una significación especial.
La conferenciante hizo a continuación una revisión crítica de las supuestas restauraciones y modificaciones que había sufrido la escultura para concluir que se trataba de una obra totalmente de la mano de Cano sin modificación posterior.
Alonso Cano. Cristo de Lekaroz (Siglo XVII). Iglesia de San Antonio de Pamplona.
Se analizó también la filiación del tipo iconográfico de Cristo de tres clavos en relación con la escuela sevillana donde Alonso Cano realizó su formación comenzando por el Cristo pintado por Francisco Pacheco, su maestro, siguiendo después por el Cristo de la Clemencia de su también maestro Martínez Montañés para relacionarlo igualmente con las del sevillano Juan de Mesa. En su estancia en Madrid Alonso Cano conocería el Cristo de San Plácido pintado por Velázquez y el Crucificado del Oratorio del Olivar de Manuel Pereyra y quizá el Cristo que Bernini hizo en 1655 para Felipe IV con destino al panteón de El Escorial. Con todas estas referencias Cano planteó en el Cristo de Lekaroz un modelo original del que existe una versión pintada en la Real Academia de Bellas Artes de Granada. Un Cristo sublimado, idealizado, casi divino en el que la belleza del cuerpo se traduce en hermosura espiritual.
Martínez Montañés. Cristo de los Cálices. Sevilla
Como valoración final se consideró esta imagen como una de las más hermosas esculturas del Siglo de Oro español y obra fundamental para calibrar a Alonso Cano como escultor, ya que es el único crucificado esculpido del artista.
Esta gran obra pertenece hoy al patrimonio artístico de Navarra y tiene la consideración de Bien de Interés Cultural. En la actualidad preside la capilla penitencial de la iglesia de San Antonio de los padres capuchinos de Pamplona.