27 de febrero de 2008
Ciclo de conferencias
ARTES DECORATIVAS Y TÉCNICAS ARTÍSTICAS
Introducción al arte del bordado y sus técnicas
Dra. Ana María Ágreda Pino
El bordado es el arte de aplicar, mediante el hilo y la aguja, una decoración a una pieza de tela que se denomina fondo. No hay que confundir el bordado con los tejidos labrados, es decir, decorados en el telar. El bordado es una ornamentación adicional que se ejecuta después de la terminación del proceso de tejido y con frecuencia se bordaba sobre telas labradas de gran riqueza. Tampoco hay que confundir el bordado con el tapiz, que también se realiza en un telar y en el que el hilo de la trama cubre por completo el de urdimbre. El bordado, es una labor manual, que se ejecuta con hilo y aguja y que no cubre el fondo en su totalidad, por lo que éste se convierte en un elemento activo de la composición.
A la hora de estudiar el arte del bordado, los especialistas diferencian dos vertientes. una popular, realizada por un "artista" anónimo, con frecuencia sin mediar un diseño previo, que trazaba directamente los motivos sobre la tela, siguiendo las técnicas y modelos que la tradición transmitía sin apenas cambios, y otra culta, también llamada erudita, que se distingue por la aplicación de las labores en tejidos de calidad, generalmente de seda. Este bordado se caracteriza también por el uso de hilos de materiales nobles, así como por el empleo de una técnica compleja. El resultado sería una obra muy elaborada que se puede relacionar con la evolución de los distintos campos artísticos de cada época y que es capaz de imitar, incluso, los efectos de volumen, profundidad y claroscuro de la pintura. Este tipo de bordado era realizado por bordadores profesionales, que llevaban a cabo sus labores en talleres organizados.
El bordado se usó con mucha frecuencia para ornamentar y enriquecer, tanto los vestidos y accesorios personales, como los muebles y tejidos o los ornamentos sacros utilizados en los oficios litúrgicos.
Tapiz de la Anunciación. Mantua. 1516-1519.
A la hora de bordar una pieza, el bordador necesita un material básico, el hilo. Los hilos utilizados por los bordadores fueron de lana (en la Edad Media), pero sobre todo, de seda y oro (a partir de la Edad Moderna). Para realizar las labores decorativas el artista usaba el bastidor. Con el bastidor se tensaban los tejidos sobre los que después se bordaba con distintos tipos de hilos y agujas. En el acto de bordar, la mano derecha del bordador se colocaba en la parte superior del lienzo o tejido para recibir la aguja y la izquierda debajo del bastidor para recogerla, una vez que ésta hubiera atravesado la tela en la ejecución de una puntada. Los motivos se diseñaban y dibujaban previamente. En la documentación se habla de trazas, muestras, diseños o patrones. A veces ese diseño lo daba el propio bordador, pero en otras ocasiones se recurría a artistas de otros campos para realizar esta tarea.
Bastidores en un taller de bordado. L´art du Brodeur. Charles Germain de Saint Aubin. 1780.
Existen distintos tipos de bordado, los más importantes son: el bordado sobrepuesto, en el que las labores de bordado no se ejecutaban directamente sobre la rica tela de seda que constituía el campo de las prendas, sino que los motivos se bordaban sobre otros tejidos menos costosos, que luego se cosían al tejido de seda; el bordado de aplicación, en el que las decoraciones, dibujadas sobre el papel, se colocaban sobre un tejido de calidad, se recortaban y se aplicaban a la base de la pieza que se deseaba ornamentar y, finalmente, el bordado al pasado, en el que las labores se ejecutan directamente sobre el tejido rico de la base de la prenda. Todas estas variedades de bordado se realizaban con una serie de puntos que se clasifican en función del material que utilizan. Así, se habla de puntos de sedas, como el punto de matiz, el punto liso, la cadeneta, el pespunte, el punto de arena o el de cordoncillo; de puntos de oro, grupo en el que se incluyen el oro tendido u oro llano o el bordado picado, y, finalmente, los puntos de oro y seda, de los cuales, el más importantes es el oro matizado.
Capilleta de una cenefa bordada con oro matizado