18 de febrero de 2009
Ciclo de conferencias
CASAS SEÑORIALES Y PALACIOS DE NAVARRA
Casa y posición social. El ajuar, reflejo de un estatus
Dña. Letizia Arbeteta Mira
Museo de América
Si es difícil la conservación de los edificios singulares de carácter civil, lo es más aún preservar sus interiores, pues el ajuar se distribuye en éstos atendiendo a los gustos, estatus, riqueza y demás circunstancias de quienes los habitan. Pretender que las personas vivan en un escenario inalterable, sin poder modificar los interiores para adaptarlos a sus necesidades, es de todo punto imposible. Sin embargo, los interiores pueden contener tantos o mas datos históricos que los propios inmuebles, y proporcionan información de primera mano sobre el modo de vivir en épocas pasadas. Es obvio, por tanto, que debe hallarse la fórmula que permita conciliar intereses contrapuestos, tales como la comodidad y la conservación del Patrimonio histórico- artístico.
A pesar de que durante siglos, los testimonios de los viajeros han destacado la gran riqueza de los interiores españoles en comparación con el exterior de los inmuebles, lo cierto es que muy poco de este tipo de conjuntos ha llegado hasta nosotros, hasta el punto de que los interiores originales de más de un siglo de antigüedad constituyen toda una rareza (de hecho, son muy escasos los interiores anteriores al siglo XVIII).
Esta situación se debe, en parte, a una tradición de celosa intimidad, unida a la falta de sensibilidad social hacia el tema y al hecho de que no existe una eficaz protección normativa que aleje el miedo a la voracidad fiscal de las Administraciones.
Al igual que piedra o ladrillo, viguería, paredes y suelos conforman un todo que es el edificio, los interiores constituyen un entramado de relaciones entre los objetos y su contenedor, donde pierden su individualidad pasando a formar parte de un todo.
Esta consideración es importante para el estudio de la Historia del Arte donde, a menudo, se contempla el objeto (una pintura o un mueble, por ejemplo) como algo completo en si mismo, sin preguntarse si formó en origen parte de algo mayor.
Aparte de los elementos decorativos, que ostentar valores simbólicos, de propaganda o representación, el ajuar que conforma los interiores se caracteriza por la utilidad, el empleo constante y, por tanto, su previsible desgaste y deterioro. Por regla general, los espacios o ámbitos conforman, en la vivienda, dos zonas básicas: la privada y la pública, relacionadas a veces por un espacio intermedio (patio, escalera, jardín...). Estas zonas, que pueden ser de uso reversible en determinadas circunstancias, articulan lugares específicos, determinados por el uso, caso de la cocina, el dormitorio, los cuartos de baño, la sala o cuarto de estar, los salones de aparato, el oratorio, el despacho, etc. En cada uno de estos recintos se encuentran elementos propios que lo definen . Precisamente, los interiores antiguos bien preservados, además de constituir a menudo una expresión artística, contienen claves cuyo estudio y sistematización sirve de ciencia auxiliar para la investigación histórica y artística.
"La casa de la Virgen". Elementos de los siglos XVI-XIX.
Carmelitas de Toledo
En esta breve exposición, se planteó un recorrido visual, complementario del anterior, que abarcó, tanto los escasos documentos gráficos de interiores españoles (tomados de grabados, pinturas, etc, con alguna notable excepción de maqueta a escala), e imágenes fotográficas de interiores, ya desaparecidos o existentes, de importantes palacios de toda España, desde Andalucía hasta los Pirineos, Santander o Galicia. Además, se analizaron las recreaciones decimonónicas y de principios del siglo XX, en museos como el de Artes Decorativas de Madrid o la Casa del Greco en Toledo, o los interiores domésticos de los coleccionistas, como Páramo en Toledo, Sanchez- Dalp en Sevilla o José Lázaro Galdiano en Madrid.
Mención aparte tiene la inmensa variedad de los ajuares textiles, cerámicos, mobiliario, platería, colecciones artísticas, de uso culinario, etc., entre los que se encuentran objetos y ámbitos, como el estrado, que son testimonios de usos perdidos.
De todo ello se infieren ciertas características específicas de la decoración y el ajuar españoles en determinadas épocas (ss. XVII-XVIII), como la simetría en la distribución y la presencia de elementos seriados, así como la utilización de los espacios, que podían ser diferentes en ciertas épocas del año.
"Interior madrileño". Grabado de García Hidalgo, siglo XVII
Sanlúcar de Barrameda. Oratorio de la casa Arizon en 1960.
Hoy vacío y vandalizado