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18 de marzo de 2009

Ciclo de conferencias

CASAS SEÑORIALES Y PALACIOS DE NAVARRA

Palacios y Ayuntamientos en el País Vasco. Semejanzas y diferencias con Navarra

D. Juan Manuel González Cembellín
Museo Diocesano de Arte Sacro (Bilbao)

Aunque la existencia de palacios en el País Vasco se documenta desde el siglo XI, hasta los primeros años del XVI carecemos de datos sobre su aspecto formal. Entonces, acalladas las guerras de bandos y reactivada la economía, se ensayaron varios modelos de palacio que combinaban formas góticas y renacentistas.

En todos ellos se buscaba una mejora de la calidad de vida de sus moradores con respecto a las torres banderizas mediante recursos como el incremento de la superficie útil, la ampliación del número y tamaño de los vanos, la individualización de las estancias... Al tiempo se buscaba la mejora de la imagen del edificio, para lo que se primó la fachada principal sobre las demás (calidad del material, número y tamaño de vanos, ornamentación, regularización de ventanas...), tratando de monumentalizarla. Otra característica común a todas las opciones ensayadas fue la escasa presencia de patios, rechazando así el modelo más habitual en España a partir del siglo XVI.

La tipología que más éxito alcanzó presentaba un volumen apaisado, acceso lateralizado en el bajo, piso noble dividido entre un salón en la zona delantera y algunas estancias (cocina, alcobas...) traseras, y un camarote; la comunicación entre las plantas se realizaba mediante una escalera de un único tiro adosada a una fachada lateral (Negorta, Ayala, Álava...).

A este modelo responde también la casa consistorial más antigua conservada en el País Vasco: el ayuntamiento viejo (Kontzeillu zahar) de Usurbil (Gipuzkoa).

Los palacios plenamente renacentistas prologarían el modelo, pero aumentando las dimensiones generales del edificio y, en los casos más destacados, la decoración (Loviano, Ermua, Bizkaia). Fueron muy escasos los palacios con cortile a la italiana (Escoriaza-Esquível, Vitoria-Gasteiz, Álava).
 

Negorta. Ayala, Álava

Negorta. Ayala, Álava
 

El palacio barroco se caracterizó externamente por la regularización de su siempre austera fachada principal (lo más habitual eran tres alturas con tres calles de vanos, destacando los ejes centrales). El la cara orientada al Sur se abría una galería de arcos. El interior se ordenaba alrededor de la caja de escalera centralizada, frecuentemente rematada en linterna de iluminación (Tola, Elorrio, Bizkaia). En algunos casos estos palacios aparecen flanqueados por torres (Lazcano, Lazkao, Gipuzkoa).
En las zonas rurales fueron frecuentes los ejemplares dotados de soportal (Saroe, Usurbil, Gipuzkoa). Y en las cuencas del Deba y del Urola son sorprendentemente abundantes los que aparejan parte de sus muros con ladrillo (Txurrukoa, Azkoitia, Gipuzkoa).
A estilo corresponden también un buen número de casas consistoriales vascas, caracterizadas por la presencia de amplias arcadas en las plantas baja, abiertas habitualmente hacia una plaza (Labastida, Álava).
No es fácil establecer estas semejanzas y diferencias entre estas construcciones y sus paralelos navarros. En cualquier caso, sí podemos decir que la práctica totalidad de las tipologías palaciales que se dan en el País Vasco existen también en Navarra. Aunque no parece que las referencias sean las mismas: en Navarra la influencia francesa unas veces y la del valle medio del Ebro otras muchas son muy evidentes, mientras que en el País Vasco fue Castilla el principal foco.
En otro orden de cosas, en el País vasco parece existir una mayor densidad de palacios, si bien la calidad media es más modesta que en Navarra.
Además en Navarra es más frecuente el patio, más abundante el uso del ladrillo y más profusa la ornamentación.
 

Tola. Elorrio, Bizkaia

Tola. Elorrio, Bizkaia