3 de marzo de 2010
Curso
EL CAMINO DE SANTIAGO Y LAS RAÍCES DE OCCIDENTE
Los ramales del Camino de Santiago en Navarra
D. Javier Martínez de Aguirre.
Universidad Complutense de Madrid
La existencia de caminos utilizados preferentemente por los peregrinos que desde cualquier confín de Europa Occidental se dirigían hacia Santiago de Compostela a través de territorio navarro es un hecho confirmado por las fuentes documentales y literarias medievales. Su recorrido por Navarra, tal y como quedó expuesto en el Codex Calixtinus, coincide con importantes vías de comunicación todavía en uso (en gran parte han sido recientemente transformadas en autovías). Pero ni el camino entre Pamplona y Logroño, ni el que conduce desde Sangüesa hasta Puente la Reina, pasando por Monreal, se superponen a vías romanas o a itinerarios relevantes cuya utilización pueda ser constatada con anterioridad al siglo X.
Las claves para comprender el trazado de un camino pueden resumirse en el análisis del medio físico, en el rastreo de las vías preexistentes y muy especialmente en la reflexión sobre las necesidades de comunicación. En cuanto al medio físico y a las vías preexistentes, los peregrinos a Santiago hubieran podido transitar por la antigua vía romana Burdeos-Astorga a través de la Barranca, que evitaba dificultades orográficas (puerto del Perdón y ríos caudalosos como el Arga y el Ega). Sin embargo este itinerario, que tenía desventajas desde el punto de vista climático, fue abandonado. En el siglo X, cuando se documenta por primera vez el paso de peregrinos hacia Compostela no existían como tales ni Estella ni Puente la Reina, tampoco Roncesvalles o Monreal, de tal forma que no podemos considerar que los peregrinos encadenaran caminos locales que unieran centros comarcales relativamente próximos. Como ya ha sido estudiado, fue la necesidad de poner en comunicación los dos polos en que quedó configurado el reino pamplonés a partir de las conquistas riojanas a comienzos del siglo X la que impulsó la preeminencia de un camino que vinculara Pamplona con Nájera. Sin embargo, no hay evidencias históricas de que el paso por el Perdón fuera utilizado inicialmente en el siglo X con más frecuencia que el que conecta Pamplona con Yerri a través de Val de Echauri. Dicho camino del Perdón todavía era ignorado por las tropas musulmanas en sus ataques hacia Pamplona a comienzos de la décima centuria. Sin embargo, cien años después se había convertido en la principal arteria para recorridos de larga distancia del Norte de la Península. Fueron las actuaciones de los reyes de Pamplona y su familia las que acabaron fijando un recorrido destinado a ser transitado por millares y millares de viajeros, entre ellos un considerable porcentaje de peregrinos. La edificación del monumental puente de piedra de Puente la Reina, un logro indudable de la ingeniería románica, y la constitución de localidades que articularon el desarrollo comarcal de la Navarra Media (y en las que el viajero encontraba servicios convenientes, desde el aprovisionamiento de viandas o la renovación de calzado o vestuario hasta la adquisición de caballerías por los más potentados) justamente en los pasos de los ríos más caudalosos (Aragón en Sangüesa, Ega en Estella) consolidaron el recorrido desde Roncesvalles hasta el Ebro. La búsqueda de la vía óptima entre los puentes de Sangüesa y Puente la Reina determinó que los peregrinos frecuentasen el paso por Monreal, prefiriendo la incomodidad del ascenso a Ibargoiti al más amplio y cómodo -pero también más largo- camino tradicional entre Pamplona y los valles orientales a través de Lónguida.