10 de noviembre de 2010
Curso
LAS CLAUSURAS FEMENINAS DE NAVARRA EN EL ÁMBITO HISPANO.
Patrimonio, Arte y Arquitectura
Una clausura especial en el ámbito hispano-americano: la de Sor María de Ágreda
D. Ricardo Fernández Gracia.
Universidad de Navarra
La desbordante personalidad de sor María Ágreda sigue sorprendiendo a cuantos se acercan a su estudio. En nuestro caso, así ocurre, desde el campo de la historia de los bienes culturales que guarda la clausura de su convento en la localidad de Ágreda. Tradicionalmente se ha recordado a sor María como promotora de un convento levantado a fundamentis, en un periodo récord, ricamente dotado, gracias a la fama universal de sor María de Jesús que adquirió en su propia vida, como protagonista de hechos tan significativos como su correspondencia con el rey Felipe IV durante veintitrés años, sus famosas bilocaciones en tierras americanas, y, por supuesto por su gran obra: la Mística Ciudad de Dios, en donde relata la vida de la Virgen María.
Sin embargo poco se ha insistido en su personalidad rica en muchos matices como su pasión por la lectura. Ella se refería a los libros ante su comunidad de franciscanas concepcionistas del siguiente modo: “Hermanas mías, asegúroles que un buen libro es famoso amigo y el que desengaña sin miedo de enojar, ni contemplar los naturales y dice a los poderosos, a los humildes, a los sabios e ignorantes lo que les importa sin rodeos”.
Además hay que considerar, desde el punto de vista de las artes, cómo algunos de los textos de su Mística ciudad de Dios inspiraron no pocas composiciones pictóricas en el Nuevo Mundo y aún en la propia península. Es el caso del Bautismo de Cristo o el de la Virgen, la comunión de algunos padres del Antiguo Testamento o el mismo nacimiento de Cristo ante la presencia y colaboración de los arcángeles Miguel y Rafael.
No podemos dejar de considerar cómo la histórica villa de Ágreda, otrora de las tres culturas, se convirtió en el siglo XVII en una pequeña Corte, visitada en tres ocasiones por Felipe IV y una por Carlos II y don Juan José de Austria. Las presencias reales y la conocida correspondencia de sor María con el monarca hicieron que muchos nobles se acercasen a la localidad, unos en busca de consejo, otros atraídos por la curiosidad y otros muchos buscando el favor de la religiosa, para que ésta escribiese al rey en pro de sus intereses. Algunos llegaron con suntuosos y singulares regalos artísticos, que hubieran deslumbrado en cualquiera de las fundaciones reales. Resulta evidente que la correspondencia epistolar que sor María mantenía con el monarca y con otros grandes de la Corte, le hacían aparecer ante los ojos de muchas gentes, de diversa condición, como remedio y recurso seguro y omnipotente para conseguir prebendas y puestos apetecibles y rentables. Las intenciones torcidas de algunos chocaron con la avidez, discreción y rectitud moral de la monja, que le hicieron prevenir, generalmente, contingencias comprometidas y ambiciosas.
Además del rey, la reina doña Mariana y don Juan José, otros muchos nobles destacaron por sus regalos a sor María, como el conde de Lemos, el conde de Castrillo, don Juan Chumacero, don Pedro Antonio de Aragón, las condesas de Chinchón y Peñaranda y los marqueses de Villlafranca y Falces, amén de destacados juristas y hombres de gobierno. No quedaron a la zaga obispos, cardenales y miembros de distintas órdenes religiosas con sus limosnas en metálico o en piezas artísticas. De ese modo, encontramos en la clausura agredana importantes lienzos de escuelas italiana, española y novohispana, esculturas de los mejores maestros del siglo XVII, piezas singulares importadas de lejanas tierras hablan por sí solas de las relaciones de sor María con distintas personas, algunas de ellas muy poderosas.
Particular relevancia tuvieron los legados llegados desde Indias, de manera especial todo el conjunto de piezas que trajo consigo doña Francisca Ruiz de Valdivieso, que ingresó en la clausura con el nombre de sor Francisca, tomó el hábito en 1662 y falleció en el convento en 1677. Al regresar de Indias esta mujer analfabeta y tras servir a los Alburquerque como mujer de confianza, lo hizo con un sinnúmero de piezas artísticas y miles de ducados que revirtieron en el convento agredano. Otros donantes que enviaron piezas desde aquellas tierras se documentan junto a sus piezas de todo tipo, destacando personalidades de la Iglesia, de la nobleza y algunos criollos devotos de sor María que como se recordará, se había hecho famosa en propia vida por sus bilocaciones.
Tribuna del convento de Ágreda
Grabado de Pietro Leone Bombelli de sor María misionera, realizado en Roma en 1761, a iniciativa del postulador de la Causa, con dibujo de Mariano Salvador Maella