23 de febrero de 2011
Curso
LA CATEDRAL DE PAMPLONA. UNA MIRADA DESDE EL SIGLO XXI
Catedral, cabildo y obispo
D. Luis Javier Fortún Pérez de Ciriza.
Real Academia de la Historia
Partiendo de la idea de que un monumento no se explica por su sola configuración material, sino también contemplando a quienes definen sus funciones y las realizan, el objetivo de esta conferencia es explicar la evolución de las instituciones y las personas que dieron vida a la Catedral de Santa María de Pamplona, en concreto el obispo y el cabildo catedralicio, a lo largo de las etapas históricas.
La fundación de la sede episcopal de Pamplona, quizás efectuada a finales del siglo IV, sólo se hace evidente cuando se acredita la primera noticia de un obispo, Liliolo, en el 589. La existencia de obispo en la época visigoda sin duda conllevó la de una catedral.
La figura del obispo es un elemento clave en el entramado del naciente reino de Pamplona a mediados del siglo IX (Wilesindo, 848) y poco después fuentes árabes conceden a la catedral de Pamplona un lugar central en la vida ceremonial del naciente reino (924). Pero es un obispo carente de una organización que le permita gobernar toda la diócesis. Por eso en el siglo XI se recurre al sistema de obispos-abades. Los abades de Leire se convierten en obispos de Pamplona y la comunidad monástica es el apoyo del obispo en el gobierno de la diócesis.
A partir de 1083 se separan las figuras de obispo de Pamplona y abad de Leire. El obispo necesita el apoyo de un grupo de clérigos que de vida a la catedral y le ayude en el gobierno de la diócesis. Nace entonces el cabildo, compuesto por un conjunto de canónigos que tienen atribuidos cargos u oficios (prior, arcediano de la tabla y de la cámara, enfermero, hospitalero, tesorero o sacristán) y que también ayudan en el gobierno de la diócesis, dividida en siete arcedianatos. Viven en común según la regla de San Agustín. Se construye la nueva catedral románica (1127), el claustro (1137) y un conjunto de edificios anejos, la canónica, que será la sede del cabildo durante un milenio.
Dotado de un amplio patrimonio de rentas eclesiásticas, el cabildo vive una rápida pujanza y se enfrenta a tensiones en el siglo XII: con el obispo hastael reparto de las rentas en dos mensas (1177), y entre los propios canónigos (reparto de 1368). Las ingerencias del poder monárquico llevarán a un siglo de enfrentamientos con la corona, que culminarán en la guerra de la Navarrería (1276) y el asalto a la catedral.
Tras medio siglo, el acuerdo con el rey (1319) permite recuperar la marcha histórica a la institución. Entre tanto el cabildo ha reordenado sus dignidades (1296), entre electivas (las más importantes) y colativas designadas por el obispo. El ingreso, no obstante, sigue siendo por elección entre los canónigos. Ser canónigo es un puesto codiciado por las grandes familias de la nobleza y de la burguesía pamplonesa.
En el siglo XVI se mantiene lavida en común, pero las rentas están divididas entre las dignidades. A partir de 1608 se admiten domicilios particulares para las dignidades, que desde 1589 ya no eligen los canónigos, sino el rey o el obispo. El cabildo se resiste a ser visitado por el obispo, a la vez que nuevas dignidades de tipo pastoral son creadas por mandato del concilio de Trento (magistral, doctoral, lectoral, penitenciario).
Los siglos XVII y XVIII están presididos por el regalismo, que pretende introducir la autoridad real en la vida de la catedral y el cabildo, pero sólo logra ciertos retoques (concordato de 1753).
El gran cambio sobreviene a raíz de la revolución liberal del siglo XIX. De entrada, la catedral pierde todas sus propiedades en la desamortización. El Concordato de 1851, que supone la adaptación de las estructuras de la Iglesia a la nueva sociedad liberal. A cambio de los bienes perdidos, el cabildo recibe sueldos del Estado y una escueta cantidad para el culto. Además el cabildo regular es transformado en cabildo secular. Desaparece la vida en común y la regla de San Agustín; el número (18 canónigos y 14 beneficiados) y la organización de los canónigos, que son sacerdotes sin votos, se reajusta.
La elevación de Pamplona a sede metropolitana (1956) significó una ampliación del cabildo en 6 canónigos y 4 beneficiados más. El último gran cambio se producirá a raíz del Concilio Vaticano II y el nuevo Código de Derecho Canónico (1983), que llevó a la fusión de canónigos y beneficiados en una única comunidad de canónigos, alumbrada en los nuevos estatutos de 1987, sustituidos por los de 2010.