30 de marzo de 2011
Curso
LA CATEDRAL DE PAMPLONA. UNA MIRADA DESDE EL SIGLO XXI
El tesoro de la Virgen del Sagrario.
El esplendor de la joyería al servicio del ornato divino
D. Ignacio Miguéliz Valcarlos.
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
El denominado como Tesoro de Santa María la Real o Nuestra Señora del Sagrario de la catedral de Pamplona lo componen piezas de joyería o platería de oro acumulados por esta imagen a lo largo de la historia. En él se recogen obras desde finales del siglo XVI hasta nuestros días, constituyendo el núcleo del mismo las alhajas realizadas en los siglos del barroco, pudiendo considerarse como la colección más importante existente en España de platería de oro de la primera mitad del siglo XVIII. El ajuar esta compuesto por numerosas piezas de joyería donadas a la Virgen por sus fieles, y junto a éstas se custodian también obras labradas ex profeso para dicha imagen, generalmente reutilizando piedras y metales de la propia colección. En dicho Tesoro encontramos joyas elaboradas en los más ricos materiales, sobre todo oro, diamantes y esmeraldas, y junto a ellos otras trabajadas en metales comunes, piedras falsas, pasta de vidrio, etc, en definitiva, obras de joyería culta junto a piezas de bisutería, tanto contemporáneas como antiguas. Y es que en la constitución de este Tesoro no primaba el valor económico de las obras, que evidentemente también era importante, sino la importancia espiritual del mismo, evidenciando en la cantidad de donaciones recibidas por la imagen el número de fieles y devotos que la Virgen tenía. Igualmente, entre las piezas atesoradas en el ajuar de Nuestra Señora del Sagrario se incluyen obras de uso femenino, masculino y eclesiástico. Gracias a ellas podemos comprobar la evolución experimentada por este tipo de piezas y la adaptación de las diferentes tipologías a las modas y gustos del momento, que no sólo afectaron al diseño de las mismas, sino también a los materiales en que estaban labradas.
Como ya hemos dicho, el núcleo más importante de las joyas conservadas lo constituyen las piezas barrocas, entre las que hay que destacar las de la primera mitad del siglo XVIII, como las magníficas coronas de la Virgen y el niño, realizadas en oro, diamantes y esmeraldas por el platero de oro pamplonés Juan José de la Cruz en 1736, así como el conjunto de lazos y petos de oro y diamantes, utilizados para abrochar el manto con el que se vestía a Nuestra Señora. Anteriores a éstos, de la segunda mitad del siglo XVII, son también el airón o tembladera, de oro, esmaltes, diamantes y rubíes, o el cetro de la Virgen, de oro y diamantes, compuesto a partir de una rosa de pecho y una encomienda. Pieza excepcional son las manillas de coral de procedencia siciliana y datadas a caballo entre el siglo XVI y el XVII, único ejemplar de este tipo que conocemos en colecciones hispanas. Junto a éstas, se conservan cruces pectorales, alguna de gran riqueza, como la de oro, plata, diamantes y esmeraldas, o la de oro y rubíes pertenecientes al obispo pamplonés Juan Lorenzo Irigoyen y Dutari (1712-1778); así como broches de manillas, sortijas y pendientes.
Abundantes son las piezas labradas durante el siglo XIX y el XX, siendo quizás la obra más relevante la corona de estilo románico en oro y piedras preciosas elaborada según el diseño de D. Joaquín Lorda por Talleres de Arte Moreno de Granada y regalada por la Fundación Fuentes-Dutor, que se suma a las de estilo neogótico labradas a mediados de la centuria en Madrid, por Juan José García, por encargo de la Corte de Honor de Santa María la Real. Y numerosos son los ejemplares de otras tipologías, como sortijas, entre las que destaca una de principios del siglo XIX de las denominadas como de cielo estrellado, o el anillo episcopal con una amatista de don Emeterio Echeverría Barrena (1880-1954) Obispo Prior de las Órdenes Militares y de Ciudad Real, u otro con un topacio del pamplonés don Juan Pedro Zarranz y Pueyo (1903-1973), obispo de Plasencia, del que también se conserva la cruz pectoral a juego.
En definitiva nos encontramos con un esplendido conjunto de joyería que abarca desde finales del siglo XVI hasta nuestros días, con una amplia variedad de tipologías, elaboradas en diversos materiales, desde los más costosos a los más sencillos, unos donados y otros realizados ex profeso para uso de Nuestra Señora del Sagrario, imagen titular de la catedral pamplonesa.
1. Airón. Oro, esmaltes, diamantes y rubíes. Siglo XVII. Segunda mitad
2. Cruz pectoral. Oro, esmeraldas y diamantes. Siglo XVIII. Tercer cuarto
3. Corona de la Virgen del Sagrario. Oro, diamantes y esmeraldas. Juan José de la Cruz. Pamplona. 1736