21 de mayo de 2012
Ciclo de conferencias
ARQUITECTURA Y ARTE EN NAVARRA EN TIEMPOS DE LAS NAVAS DE TOLOSA
Del románico al gótico en tiempos de Sancho el Fuerte
D. Carlos Martinez Álava.
I.E.S. Sierra de Leyre. Sangüesa
El reinado de Sancho el Fuerte abarca nada menos que 40 años de la historia de la arquitectura de Navarra. Durante al menos dos generaciones de canteros y maestros, son muchos los edificios que poco a poco, año tras año, ven ascender sus muros perimetrales hasta completar el cuerpo de bóvedas. Entre 1194 y 1234, cabildos y obrerías urbanas y algunos importantes monasterios luchan por completar unos proyectos, a menudo desmesurados, que había nacido del frenesí constructivo que vive el reino bajo el reinado de su padre, durante el último tercio del XII.
Y es que para valorar de forma apropiada las características de los edificios que se erigen en Navarra durante el reinado de Sancho el fuerte, hay que tener en cuenta que la mayor parte de ellos se planificaron e iniciaron durante el siglo anterior. De hecho, entre los edificios religiosos importantes, es muy probable que sólo la colegiata de Roncesvalles se proyecte, inicie y complete entre los límites del reinado de Sancho VII. La catedral de Tudela, el monasterio de La Oliva, la abacial de Irache, el monasterio de Iranzu, las parroquias del Santo Sepulcro y San Miguel en Estella, San Nicolás en Pamplona, San Pedro en Olite, Santa María y Santiago en Sangüesa…. Progresan, con mayor o menor rapidez, ahora. Pero lógicamente, sus planeamientos y primeras fases constructivas eran claramente anteriores.
Por tanto el reinado de Sancho el Fuerte, es, desde el punto de vista arquitectónico, una buena oportunidad para reflexionar sobre los modos de construcción y los tiempos de la obra medieval. Efectivamente, nos encontramos con enormes edificios (La Oliva supera los 90 metros de longitud; la catedral de Tudela, los 25 de altura) planificados de forma muy ambiciosa, que necesitan de al menos tres generaciones de maestros y canteros (en torno a 100 años) para ser completados. Por lo tanto, están expuestos a los cambios propios de la evolución de los talleres, y a las nuevas soluciones constructivas y decorativas que iba incorporando el paso del tiempo.
También nos permiten valorar la dificultad de etiquetar comprensivamente obras erigidas en un momento de profundas transformaciones estilísticas. Y es que, aunque durante el reinado de Sancho el Fuerte se introducen en el reino y en la Península las formas del gótico clásico a través de Roncesvalles, el resto de construcciones nacieron bajo estilemas románicos. Su prolongada “vida constructiva” hizo que se completaran siguiendo una tradición constructiva de evolución local que avanzaba decididamente hacia fórmulas góticas preclásicas. Un gótico estructural que comparte buena parte de sus características con edificios de toda la Europa cristiana suroccidental. Las abaciales de Irache o La Oliva y la propia catedral de Tudela, no finalizada hasta la segunda mitad del XIII, son buenos testimonios de una forma de hacer muy característica, que se verá superada por la llegada masiva de elementos y estructuras góticas clásicas a partir del segundo tercio del siglo.
Iglesia abacial del monasterio de Santa María de Irache
Iglesia abacial del monasterio de Santa María de Irache. Detalle de la clave