22 de mayo de 2012
Ciclo de conferencias
ARQUITECTURA Y ARTE EN NAVARRA EN TIEMPOS DE LAS NAVAS DE TOLOSA
Santa María de Roncesvalles y la recepción de la arquitectura gótica parisina
D. Javier Martínez de Aguirre.
Universidad Complutense de Madrid
En el año 1127 el abad Suger iniciaba la reforma del régimen de la abadía de Saint-Denis, muy próxima a París, que iría seguida por una renovación material del antiguo templo prerrománico en su fachada occidental y en la cabecera consagrada en 1144. Su arquitecto diseñó una doble girola cubierta con bóvedas de crucería, que permitieron abrir grandes ventanales en el muro perimetral. La historiografía viene afirmando que este proyecto fue obra clave para el desarrollo de las formas constructivas góticas.
A lo largo de la segunda mitad del siglo XII las nuevas maneras arquitectónicas permitieron abordar proyectos de grandes dimensiones y belleza, como la catedral de Laon y, lo que aquí más interesa, Notre Dame de París. La enorme altura, la elevación de la nave mayor en cuatro niveles (arco, tribuna, rosetón y ventanal), los soportes cilíndricos sobre los que apoyan fustes pensados para arcos perpiaños y bóvedas sexpartitas, y los arbotantes supusieron otros tantos elementos constitutivos de gran número de iglesias parroquiales derivadas del modelo parisino.
Ese mismo año de 1127 fue iniciado el proceso fundacional del hospital de Roncesvalles. La nueva institución estaba destinada a atender a los peregrinos que atravesaban el Pirineo camino de Compostela y quedó a cargo de una canónica bajo la regla de San Agustín. En la segunda mitad del siglo XII edificaron el gran hospital llamado La Caritat, con sus dos salas para peregrinos y su capilla.
La recepción de la nueva arquitectura gótica en la Península Ibérica se hizo conforme a las pautas propias de la época. Arquitectos y promotores no copiaron al pie de la letra los referentes franceses, sino que introdujeron variantes más o menos acertadas, como vemos en la catedral de Ávila, donde se reconoce el seguimiento de la planta de Saint Denis, pero cuya elevación se resolvió mediante una fórmula también novedosa ensayada en la abadía borgoñona de Vézelay.
En los primeros años del siglo XIII, bajo el reinado y con la directa colaboración de Sancho VII el Fuerte atestiguada por fuentes contemporáneas, se inició la construcción en Roncesvalles de una gran iglesia dedicada a Santa María, donde la comunidad de canónigos pudiera rendir culto a Santa María. Fue contratado un arquitecto francés, muy probablemente con una cuadrilla de canteros del mismo origen, que introdujeron en el reino navarro los nuevos paradigmas constructivos y alzaron un templo semejante a los que en esos años se podían ver en los alrededores de París. Como estudió Torres Balbás, la planta deriva muy directamente de la propia catedral parisina. La elevación en tres alturas (arco, triforio y rosetón), las bóvedas sexpartitas, los soportes alternos y los arbotantes son otras tantas señas de identidad del gótico de Île-de-France presentes en la iglesia pirenaica. El proyecto incluía algunas novedades derivadas de la implantación en unas muy concretas condiciones, como la presencia de una cripta que todavía conserva el valioso revestimiento pictórico mural
Iglesia de Santa María de Roncesvalles. Vista exterior de la cabecera